Hace unos días vimos en redes sociales un video de capibaras en el área residencial de Santa María, cerca de la ciudad. Luego de una reflexión, surgió la pregunta: ¿por qué se están acercando tanto estos animales silvestres a las zonas urbanas? La respuesta es sencilla: estamos transformando su espacio natural, obligándolos a buscar alimento en la ciudad.
Los capibaras constituyen una especie propia de áreas de humedales. Ese espacio natural alberga una cantidad importante de biodiversidad, que utiliza sus recursos para alimentarse y reproducirse. Además, constituye un sitio de paso y descanso en el caso de los miles de aves migratorias que nos visitan cada año y atraen a apasionados de la observación y estudio de las aves.
Los humedales son áreas donde el agua controla el ambiente: incluyen manglares, marismas, lagos, turberas y estuarios. Su Día Mundial es el 2 de febrero, fecha que nos mueve a reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas, tan importantes para la vida en nuestro planeta.
Los humedales son el hogar de especies clave para la estabilidad de los ecosistemas: regulan el ciclo del agua, actúan como filtros naturales y amortiguan fenómenos climáticos extremos como inundaciones y huracanes. Su valor económico es incalculable, pues sustentan actividades como la pesca, la agricultura, el turismo y la producción de recursos naturales, sirven de apoyo a economías locales y garantizan la seguridad alimentaria.
Al propio tiempo, son muy vulnerables. De la Convención Ramsar nos indican que el 81% de las especies de humedales continentales y el 36% de las especies costeras y marinas del mundo han disminuido en los últimos 50 años, y al menos un 35% se ha perdido desde 1970. Y la pérdida se acelera, pues la desaparición de los humedales es tres veces más rápida que la de los bosques.
En 2025, el lema “Proteger los humedales para nuestro futuro común” destaca la necesidad de una acción colectiva para conservar estos ecosistemas esenciales para un planeta sostenible. El 2 de febrero no es solo una fecha conmemorativa; es un llamado a la acción. Cuidar los humedales asegura el bienestar económico y social de las generaciones presentes y futuras, así como la conservación de los hábitats de los capibaras y otras especies de nuestra rica biodiversidad.
La autora es directora interina del Centro Regional Ramsar (CREHO) e integrante de Ciencia en Panamá