Desafíos de sostenibilidad para Panamá en 2025, ¿cambian los focos de atención?



La evolución de estado, empresas y sociedad en los últimos años nos mostraba un país cada vez más sensible al agotamiento de los recursos naturales, las consecuencias del cambio climático y las implicaciones de la desigualdad social, sumados al cuestionamiento a los modelos de gobernanza y las prácticas que podían generar prácticas poco éticas. La sequía agravada por el fenómeno de El Niño en 2023 y 2024 y las dificultades para la operativa del Canal, pusieron más que nunca encima de la mesa las consecuencias de una economía global sustentada en el carbono. De igual manera, la situación de estallido social de finales de 2023 mostró, más allá del conflicto minero detonante, el descontento y la necesidad de avanzar en reducir las desigualdades, por ejemplo, en la disponibilidad de servicios básicos para toda la población; cabe destacar que Panamá es uno de los países más desiguales de la región junto a Brasil y Colombia (considerando el coeficiente Gini).

La relación con Estados Unidos, con la reelección de Trump y su todavía destacado peso en los mercados internacionales, suscita incertidumbre sobre los avances que se venían generando en las agendas de lucha contra el cambio climático, de diversidad e inclusión, entre otros temas, y de los requerimientos del mercado financiero al respecto, a través de la aplicación de criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

Aunque pueda parecer que nos encontramos ante un escenario pesimista, no es así. Contamos con la fortaleza del impulso regulatorio en mercados como el europeo y sus consecuencias globales, la irreversibilidad de los impactos en que se están manifestando los principales riesgos conectados con factores ASG, especialmente los propios del cambio climático, y la necesidad de seguir innovando de la mano de la escasez de los recursos y la evolución de los clientes.

Arrancando un nuevo año, considerando la trayectoria previa del país y las tendencias de sostenibilidad en el contexto internacional, hacemos zoom en cuáles serán los temas clave para Panamá, que expongo a continuación:

  • Avance en circularidad, desde la perspectiva de la generación de residuos y el aprovechamiento de recursos, especialmente el agua. Resulta clave por ejemplo las medidas tomadas por el Canal de Panamá ante la grave crisis hídrica vivida entre 2023 y 2024, que le permitieron operar con un 25% menos de agua. Por el Canal transita el 3% del comercio mundial y aportó el 3.1% del POB nacional en 2023. La proliferación de residuos y la necesidad de avanzar en el esfuerzo público-privado al respecto, pone encima de la mesa avanzar en soluciones como esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) y otros, ya considerados normativamente, pero con escaso desarrollo.

  • Potencial de la Inteligencia Artificial para la sostenibilidad, especialmente por su incidencia en el sector logístico. Éste aporta un 11.4% del PIB nacional, con un enorme potencial para seguir creciendo. Las soluciones de IA permiten cada vez en mayor medida optimizar las operaciones y una mayor transparencia en las cadenas de suministro. Esto permitirá ser más eficiente en el uso de la energía, especialmente los combustibles para la movilidad (siempre que se busque la adopción de tecnologías de menor impacto, ejemplo en los data centers) y el monitoreo de las características ambientales y sociales de los productos y las prácticas de los proveedores.

  • Eficiencia y transición energética, reduciendo las emisiones en las cadenas de valor. Las soluciones de IA pueden contribuir a ello, cómo se ha comentado; adicionalmente, el impacto que decisiones de los grandes compradores globales puedan tomar para reducir las emisiones asociadas a sus cadenas, por ejemplo, con requerimientos para ser proveedor/distribuidor, planes de trabajo, apoyo en el desarrollo de capacidades, etc. Tendrá cada vez mayor incidencia en todas las empresas asociadas a la operación del canal, puertos y ferrocarriles, la Zona Libre de Colón, etc.

  • Fomento de los flujos de capital conectados con sostenibilidad, luego del lanzamiento de la taxonomía de finanzas sostenibles de Panamá. Esto genera mayor confianza de los inversionistas y fondeadores, facilitando lleguen recursos acordes a sus objetivos y criterios, además de que ayuda a las empresas en el alineamiento de los proyectos de inversión y capex. Queda el desafío de profundizar más allá de los objetivos climáticos, integrar objetivos sociales y establecer regulaciones que aceleren su adopción. El sector financiero panameño es uno de los más dinámicos de América Latina, de ahí además el mayor potencial para canalizar operaciones de finanzas sostenibles.

  • Colaboración público-privada en la reducción de las desigualdades y la generación de empleo formal. Las tensiones sociales han implosionado en Panamá en conflictividad social, con notables episodios que afectaron a las actividades económicas, como las protestas de finales de 2023. El país se encuentra entre los tres más inequitativos de la región, que ya es de por sí la más desigual del mundo. Existen rezagos importantes en la provisión de servicios básicos para todos, en la creación de empleo formal y en el conocimiento y competitividad de los profesionales. El involucramiento de las empresas resulta fundamental, desde sus estrategias de sostenibilidad y el estrecho diálogo con colaboradores, comunidades y otros.

Y no siendo menor en estos días, encontramos la controversia sobre la soberanía del Canal generada por Trump. Los momentos de cohesión en torno al sentimiento nacional son asimismo fundamentales para poner en valor un modelo económico sostenible en el tiempo, que genere desarrollo social y respete el medio ambiente, y siga permitiendo avanzar al país en su competitividad.

El autor es director de América – Valora Consultores


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