El año 2024 trajo cambios importantes en el mapa global. Aunque quizás no los percibamos en el día a día, estos cambios nos impactarán más temprano que tarde. Para la ciencia esos cambios van desde la colaboración con nuestros pares de otros países y la adquisición de insumos para las investigaciones, hasta la percepción del ciudadano sobre los avances científicos y el uso de esos resultados para la toma de decisiones en políticas públicas.
Esa percepción ciudadana está moldeada en importante medida por la desinformación, el abuso de los bulos en las redes sociales, y el limitado desarrollo del pensamiento crítico y la verificación de la información. Todo ello afecta la credibilidad de la ciencia.
Ante tal situación, en la Fundación Ciencia en Panamá trabajamos para apoyar al ecosistema de ciencias mediante la divulgación basada en evidencia generada por el trabajo científico en nuestro país y el exterior. No es una tarea sencilla. La pandemia demostró la gran necesidad que tiene la ciudadanía de información verídica que pueda comprender de manera sencilla. Sin embargo, la velocidad con que se dispersa la desinformación es mayor que la de las fuentes fidedignas. El recurso a los bulos por figuras públicas con gran cantidad de seguidores hace aún más difícil la divulgación científica.
Desafíos para la salud pública como el acceso y aceptación de la vacunación; el manejo de posibles epidemias como el escenario que está desarrollando el virus de la gripe aviar; los recortes en la inversión en ciencia, y la posibilidad que personas hostiles a la ciencia dirijan organismos de salud con influencia en nuestros países, forman parte de las realidades que enfrentaremos y que toda la comunidad científica en Panamá debe enfrentar. Y a esto se suman otros problemas como el aumento de las desigualdades en educación, calidad de vida y acceso a vivienda; las deficiencias en los sistemas públicos de salud y seguridad social, y los problemas de acceso a servicios públicos en nuestras comunidades.
Todo esto requiere soluciones basadas en una planificación sustentada en datos generados por especialistas que deben ser escuchados y tomados en cuenta. La ciencia en Panamá es parte de la solución a estos desafíos, pero requiere que los tomadores de decisión escuchen a los científicos y utilicen sus aportes.
La autora es farmacóloga, miembro del SNI