Estados Unidos está ingresando en aguas relativamente inexploradas ya que el presidente Joe Biden anunció estfe domingo 21 de julio, que no buscará la reelección, a pesar de haber asegurado ya la nominación demócrata.
El paralelismo más cercano, al menos en la historia moderna, es la primaria demócrata de 1968, que fue ganada por el vicepresidente Hubert Humphrey después de una campaña primaria caótica, que incluyó el asesinato de Robert Kennedy. En esa carrera, el presidente en funciones, Lyndon Johnson, decidió no postularse, ya que había soportado una presidencia dolorosa que se destacó por su apoyo a la legislación histórica de derechos civiles, lo cual lo hizo profundamente impopular en el sur, y su expansión de la Guerra de Vietnam, que dividió al partido y al país.
Este año, la avanzada edad del presidente Biden, que fue destacada en una dolorosa actuación en un debate en el que pareció estar confundido y apenas coherente, llevó a miembros de su partido a presionarlo para que se hiciera a un lado. A pesar de sus promesas de continuar, el presidente enfrentó demasiados contratiempos para seguir en la carrera, especialmente con resultados de encuestas que lo mostraban muy por detrás del nominado republicano Donald Trump.
Así llegamos al momento crucial de hoy domingo, cuando anunció que se apartaría y también respaldó a su vicepresidenta, Kamala Harris.
Harris no enfrenta un camino sin obstáculos hacia la nominación, que ahora estará en manos de los delegados de la convención que son libres de elegir a cualquier candidato que deseen. Primero tendrá que convencer a los líderes del partido y, quizás más importante, a los donantes, de que puede derrotar a Trump en las elecciones generales. Luego tendrá que trabajar para asegurar el apoyo de los delegados, quienes ahora son libres de votar por quien deseen.
Su camino hacia la nominación no será fácil. El expresidente Barack Obama, en un comunicado el domingo que elogiaba la decisión de Biden, no le ofreció ningún apoyo. Harris sí recibió apoyo del expresidente Bill Clinton y su esposa, la ex nominada demócrata Hillary Clinton, pero Harris nunca fue popular con la base del partido, sin lograr ganar tracción en su propia candidatura presidencial en 2020.
La convención demócrata está a aproximadamente un mes de distancia, y esto parecerá una eternidad ya que todos los días habrá especulaciones sobre quién emergerá como el nominado del partido para desafiar a Trump. Y, en última instancia, esa será una pregunta que solo podrán responder los delegados, cuya elección será juzgada por el país en las elecciones generales de noviembre.
