La cultura es un pilar fundamental para el desarrollo integral de cualquier sociedad. Sin embargo, en muchas ciudades, la falta de personal preparado y el desinterés de las autoridades locales en este ámbito se han convertido en obstáculos significativos para la promoción y preservación de la identidad cultural. La carencia de profesionales capacitados no solo limita la calidad y el alcance de las iniciativas culturales, sino que también compromete el acceso de la comunidad a espacios de expresión y aprendizaje cultural.
Es urgente abordar la falta de interés gubernamental en la ciudad de Santiago de Veraguas en el tema de la cultura, como una necesidad en la que invertir tiempo, formación y promoción del talento especializado para revitalizar el panorama cultural local.
Parece ser que, durante largos períodos, las autoridades locales han olvidado que el rescate de tradiciones y las fiestas religiosas no son las únicas prioridades en temas de cultura. ¿O es que acaso no se dan cuenta de que esta ciudad está cada día más hundida en un daño antropológico que parece irremediable? A ciegas transcurren los años, y el desconocimiento de esta temática puede tener resultados nefastos en una población llena de efectos negativos que impactan a nivel social, económico e incluso político.
Una población mayoritariamente desinformada y con un pensamiento crítico limitado, sin acceso a la cultura, puede carecer de las herramientas necesarias para analizar críticamente la información, lo que facilita la propagación de noticias falsas y manipulaciones.
Otra de las causas es la baja participación ciudadana: una sociedad sin cultura tiende a mostrar desinterés o desconocimiento de sus derechos y deberes, lo que afecta la participación en procesos democráticos como elecciones y toma de decisiones colectivas.
Uno de los peores factores que contribuyen a la falta de cultura es la desigualdad social: la cultura proporciona conocimiento y habilidades que permiten el desarrollo personal y profesional, pero su ausencia profundiza las brechas sociales, ya que limita las oportunidades de progreso para las personas con menos acceso a educación y formación cultural.
Otro aspecto lacerante sería el retraso económico: las sociedades con bajo acceso a la cultura tienden a tener menos innovación y creatividad, lo que limita su capacidad para generar nuevas ideas, emprendimientos y soluciones a problemas económicos. En una ciudad plagada de gente con talento, la escasez de oportunidades es cada vez más frustrante y eso parece no ser visto por quienes nos representan.
Uno de los mayores beneficios que trae la cultura es evitar conflictos y violencia: la falta de cultura puede contribuir a la intolerancia y los prejuicios, lo que aumenta la probabilidad de conflictos sociales, discriminación y violencia dentro de una comunidad.
Con el trabajo conjunto entre las instituciones pertinentes —alcaldía, Ministerio de Educación, Ministerio de Cultura y otras— se podrían realizar talleres, conferencias, visitas que incluyan espectáculos para niños y adultos, preparación para futuros profesionales, inducción a puertas abiertas en las diferentes universidades, y otros tantos proyectos que serían un apoyo fundamental en el proceso docente educativo. La biblioteca municipal es solo un espacio inutilizado en el que se están desperdiciando recursos y tiempo. Los talleres literarios, los círculos de estudio y la vinculación estudio/arte, ¿dónde mejor que en la biblioteca municipal?
Otro de los tantos beneficios sería el apoyo a problemáticas de salud pública: sin una cultura que promueva la educación y el bienestar, la población puede tener una mayor incidencia de enfermedades prevenibles y menos acceso a información sobre estilos de vida saludables.
Esto podría ser parte de programas de preparación y cooperación. Llevar a los centros de salud y hospitales apoyo cultural ayudaría mucho a que nuestra gente vea el arte como una vía de aprendizaje y comunicación.
La falta de cultura empobrece a la sociedad en muchos aspectos, dificultando su desarrollo integral y su capacidad para adaptarse a un mundo en constante cambio. Nuestro municipio requiere con urgencia un arduo trabajo en este sentido. No se puede ver el tema de la cultura como algo que puede esperar. Si bien es cierto que hay prioridades que atender, considerar el tema de la cultura como algo colateral es bastante peligroso.
La autora es bibliotecaria, poeta y narradora
