Este endeudamiento empieza a quitar el sueño de los entendidos. Debemos a la banca internacional 43 mil millones de dólares, que corresponden al 69% de la riqueza nacional, PIB. Uno de los índices más altos, en promedio, en Latinoamérica.
Este nivel de endeudamiento ha crecido de modo inquietante. Hace 18 años, en 2004, era de 9 mil 972 millones de dólares. Estamos extralimitados en esa deuda. En el presupuesto nacional, se destina importante suma para compensar intereses. Suma que no puede ser dirigida a programas de mejora social. El Gobierno ha armado para el próximo año un presupuesto de 27 mil millones.
En el decenio de los 80, en dos ocasiones no pudimos pagar esa deuda. Los pagos fueron retomados en los años 90, con nueva situación económica y política, tras la crisis que concluyó con la invasión estadounidense al país en 1989.
En la economía, hemos tenido derrumbes estrepitosos en 1929-31, con la Gran Depresión; en 1946, al final de la Segunda
Guerra Mundial; en 1989, con una caída del 12.4 %; y en 2020, la mayor, con un achicamiento del 17.9%,
el cual padecemos y del que no hemos logrado recuperarnos.
Nuestra economía suele ser una de las más promisorias y estables de América Latina. El transporte por el Canal, las Telecomunicaciones y la logística la empujan. Se ha adicionado la minería. Se calcula que este año cerrará el
crecimiento con el 7.5%, aunque debe descontarse el perjuicio causado por las protestas de julio. En 2019, el crecimiento se situó en el 3%.
Otro dolor de cabeza es el desempleo, que se ha disparado con la pandemia por la covid-19. La tasa de desempleo, índice formal, es del 9.9%, y ya llegó a situarse en el 18%. A esa tasa se suma la del trabajo no formal, cifrada hoy en el 48.2%, que incluye a 750 mil personas, sin contabilizar a aquellas dedicadas a la agricultura.
Los trabajadores de las provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón son los más castigados por el desempleo. Los jóvenes de entre 15 y 29 años, sobre todo. Incluye al segmento de quienes buscan un primer empleo. Se precisa de una transición generacional, demanda Samuel Moreno, presidente del Colegio de Economistas y director del Instituto de Estadística y Censo de Panamá.
El momento soñado del empleo se generó con el desarrollo de obras de inversión pública: el Metro y el Canal Ampliado. El Canal Ampliado es modelo de política de Estado, al llevarse a cabo durante tres gobiernos, desde la autorización popular, en referendo nacional, del desarrollo de la obra, en 2006.
Una preocupación presente es el futuro de la economía ante el financiamiento de subsidios. Se estima que la cuenta al año es de $2 mil 100 millones. La provisión del Canal al Estado por ganancias, es inferior: en 2020, fue de $1,800 millones. Moreno se remonta a la debacle financiera griega de hace años frente a los subsidios, que implicó un socorro de la Unión Europea (UE) por 56 mil millones de euros. Frente al abultamiento de subsidios y endeudamiento externo.
El autor es docente, periodista y filólogo.

