¿Diálogo o engaño?



El diálogo requiere, al menos, de dos partes que, en igualdad de condiciones, tratan un tema con el fin de consensuar acuerdos y superar las diferencias existentes. Estos objetivos son inalcanzables cuando se imponen exigencias irracionales. La agenda, la metodología y el acceso a la información deben ser aprobados de forma transparente. En una democracia no hay lugar para el secretismo, la exclusión ni el autoritarismo.

El principio fundamental de la seguridad social es la solidaridad, que garantiza al asegurado recibir prestaciones conforme a sus necesidades: el joven se solidariza con el viejo, el sano con el enfermo y quien gana más con quien gana menos. Si se implementan reformas que desmejoren las prestaciones, aumenten la edad de jubilación, el número de cuotas o su monto, y con la “tercerización” (una privatización disfrazada de acto benefactor), la solidaridad desaparecería. Esto dejaría a la clase asalariada, que aporta menos, expuesta a la exclusión y la indigencia, mientras las prestaciones médicas más costosas se reservarían para quienes aportan más.

A fines de abril de 2004, previo a las elecciones, se publicó en un diario local: según un reporte del banco de inversión Credit Suisse First Boston, Jan Dehn pronosticó: “Torrijos no solo será el nuevo presidente de Panamá, sino que ejecutará políticas amigables para el mercado financiero internacional; el nuevo gobierno llevará a cabo una agresiva agenda de reformas estructurales, que comenzarán a implementarse a partir de 2005″. Además, agregó: “Endara evitará, en la medida de lo posible, reformas profundas, y su propuesta de un referéndum para decidir las reformas a la Caja de Seguro Social, así como su propuesta de renegociar la deuda externa, no han sido bien vistas por Wall Street”. Cabe destacar que el aumento exponencial de la deuda bajo el régimen saqueador fue seguramente bien visto por estos actores.

El propósito fundamental del capital financiero internacional es profundizar estas reformas para aumentar las reservas financieras de la institución y saciar el voraz apetito de los estrategas, cómplices y beneficiarios de la explotación de la mayoría.

Lo ético, racional y apropiado sería realizar un diagnóstico previo mediante una auditoría forense integral que abarque lo administrativo, lo financiero y las prestaciones médicas (como los casos de dietilenglicol, KPC, muertes neonatales y fentanilo). Es necesario identificar a la mafia involucrada y neutralizarla. Cualquier iniciativa que impida disponer de información objetiva solo servirá como distracción y engaño.

Los miembros de la junta directiva de la Caja de Seguro Social deben ser elegidos por los sectores que la conforman y representar sus intereses o, de lo contrario, ser reemplazados. La CSS no debe ser una ficha de juego permanente para el poder económico ni para la partidocracia, que históricamente la ha controlado para su propio beneficio y en detrimento de la clase trabajadora y sus dependientes.

El Dr. Pablo Arosemena dijo: “Cuando la opinión calla, el abuso se cree soberano y predomina; es crucial que la voz de los ciudadanos se haga oír en defensa de todo derecho y en protesta contra toda injusticia”. No permitamos que la criminalización de la protesta ciudadana impida rescatar esta institución de protección social.

Unidad para la desobediencia civil contra la dictadura disfrazada de benefactora: constituyente o sometimiento.

El autor es ciudadano


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