El ingeniero Jorge Luis Quijano recibió una importante distinción académica. Marca un hito. Es merecido el reconocimiento a un panameño que ha dedicado gran parte de su vida al emprendimiento más querido del país: el Canal de Panamá.
La Universidad Católica Santa María la Antigua le otorgó un doctorado honoris causa al ingeniero Quijano por su valioso aporte al crecimiento del país y del mundo. Es un reconocimiento que destaca su contribución al Canal de Panamá. Jorge Luis Quijano le ha dedicado más de cuatro décadas ininterrumpidas de trabajo arduo para garantizar su sostenibilidad y competitividad al gran tesoro canalero.
El ingeniero Quijano dejó su rol de administrador temporalmente para ser profesor en el Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC). Fue una clase magistral a 150 jóvenes de todo el país.
Yo estaba sentado en la última fila prestando atención, acompañado de varios colaboradores del Canal. Una de ellos, con voz entrecortada, me dijo: “El Canal lo va a extrañar”. Me comentó que, para el ingeniero Quijano, un canalero de corazón, no solo eran palabras: el Canal para él era su gran motor. Resaltó que se entregó sin medida en los últimos años a la tarea de cristalizar la obra más importante de recientes décadas: la ampliación de la vía interoceánica. Añadió: “fueron meses en que trabajaba sin descanso para que la obra fuera una realidad. Pocos saben que, desde antes de ser administrador, ya estaba encargado del programa de la ampliación del Canal.
Mientras escuchaba el discurso del ingeniero Quijano cuando recibía su doctorado honoris causa, como joven me llenó de esperanza saber que los retos más grandes del Canal están en nuestras manos. El lema de esta prestigiosa institución nos dice: “asegurar el agua de mañana es el reto de hoy”.
Fue emocionante escuchar el discurso del administrador. El corazón palpitaba fuerte al mencionar su experiencia mientras nos dictó la clase. Quedan como referencia histórica las palabras del ingeniero Quijano sobre su paso como profesor del LLAC. Dijo: “Fue una experiencia inspiradora y refrescante, porque en las expresiones idealistas de los jóvenes percibí avidez de conocimiento y dosis justas de realismo y claridad que demanda un país de las nuevas generaciones. En el radicalismo de sus principios y en el sentido de urgencia por transformaciones sociales y prácticas que mejoren la vida de los pobres y de los débiles, también distinguí una esperanza adulta y equilibrada”.
Estimado administrador: sus palabras no solo nos distinguen y nos honran. Nos alientan a comprometernos más como jóvenes: ser garantes y asumir con responsabilidad los retos del país; formarnos como las generaciones que nos antecedieron y, como usted, continuar actuando con compromiso de Patria ante la toma de decisiones concernientes al Canal.
Nos ha llamado a entregarnos como lo hicieron los jóvenes aquel 9 de enero. Fueron capaces de ofrendar su vida para recuperar nuestro Canal, luchar por la soberanía nacional y ser garantes de nuestra democracia.
Hemos escuchado. Nos comprometemos. Las distinciones nos honran. Las acciones deberán hablar por nosotros . Debemos pasar de la distinción al compromiso a través de la acción. Su ejemplo no admite algo diferente.
El autor es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación y LIIC2018
