El envejecimiento de la población, producto del aumento de la esperanza de vida y la disminución de la natalidad, llevó al fracaso a los sistemas de pensiones de beneficio definido. Estos sistemas se basaron en la obsoleta idea de pagar a los pensionados con aportes de las jóvenes generaciones.
Prueba irrefutable de este fracaso es que estos esquemas se vieron obligados a incumplir sus promesas de “beneficio definido”. Así, en los últimos 27 años, 82 países aumentaron la tasa de cotización, 64 subieron la edad de retiro y 67 ajustaron la fórmula para el pago de las pensiones. En América Latina, la alta informalidad precipitó este fracaso.
Otros 46 países, incluidos los que tienen los mejores sistemas de pensiones del mundo, implementaron modelos de pensiones basados en el ahorro individual como solución al problema del envejecimiento. En estos sistemas, todo lo aportado le pertenece al trabajador; aportes y rendimientos hacen parte de su patrimonio en una cuenta individual, los saldos son heredables, la pensión no tiene límites máximos, se recibe información periódica de su cuenta, la edad de jubilación puede escogerse y el pago de la pensión no depende de otros.
En América Latina, más de 110 millones de trabajadores son propietarios de 660 mil millones de dólares en sus cuentas individuales de ahorro y no dependen de otras generaciones para financiar su pensión.
Los estados que implementaron sistemas de pensiones basados en el ahorro individual disminuyeron su deuda, son más solventes, tienen menos burocracia, sus trabajadores son inversionistas, fortalecieron la empresa privada, ampliaron el mercado de capitales, mejoraron su infraestructura y han tenido crecimiento económico sostenido.
En 1997, Panamá implementó un sistema de ahorro individual: el Sistema de Ahorro y Capitalización de los Servidores Públicos (Siacap). Un ejemplo exitoso, donde los afiliados tienen cuentas de ahorro de su propiedad, en las que hacen aportaciones conjuntas con sus empleadores. Los afiliados recibieron un bono o Certificado de Participación Negociable (Cerpan) en su cuenta, como reconocimiento a las contribuciones realizadas al antiguo Fondo Complementario de Prestaciones Sociales, el cual presentaba un déficit insostenible.
Hoy el Siacap cuenta con más de 578 mil afiliados dueños de más de $821 millones, ha tenido un rendimiento histórico del 5.8% y superado todas las crisis financieras mundiales. Es administrado por 39 empleados públicos, con un presupuesto anual de tan solo $1.5 millones. Mediante una licitación pública con entidades privadas y auditoría independiente, garantizan un excelente servicio a sus afiliados, transparencia en la gestión de sus inversiones e información periódica de sus estados de cuenta. Un verdadero ejemplo, que se demuestra con hechos y cifras transparentes publicadas a diciembre de 2022.
En el 2005, Panamá enfrentó con valor la transición demográfica e hizo una reforma en la que incluyó el ahorro individual. Si no se hubiese hecho esta reforma, la deuda acumulada por pensiones en la Caja de Seguro Social (CSS) sería mucho mayor. Esto gracias a que los afilados del subsistema mixto, en su mayoría jóvenes, ahorran en una cuenta de ahorro personal para financiar su propia pensión y no son una carga para las futuras generaciones.
Sin embargo, a diferencia del Siacap, la CSS ha sido incapaz de entregar a sus afiliados los estados de cuenta con sus saldos y rendimientos. La OIT, en su informe, reconoce que la CSS no lleva una contabilidad financiera individualizada y precisa de la conformación de la cuenta individual. Más de 700 mil personas en el subsistema mixto, que acumulan más de $2,000 millones, no pueden ver sus estados de cuenta, muy a pesar de los más de 36 mil empleados y millonarios recursos destinados a la CSS.
Como las personas viven cada vez más años, se necesita más dinero para pagarles por más tiempo las pensiones. Los sistemas de beneficio definido son incapaces de cumplir las promesas a sus afiliados por razones demográficas y la alta informalidad.
Por esta razón, las reformas modernas a los sistemas de pensiones se basan en el fortalecimiento del ahorro individual, en el ahorro complementario de trabajadores con sus empleadores y en una verdadera solidaridad del Estado exclusivamente para los más pobres y necesitados.
El autor es ingeniero administrador