Desde que entramos en la escuela, conocimos lo que representaba el boletín que juzgaba nuestro aprendizaje y requería de la firma de nuestros padres. Ningún boletín que tuviera siete materias con buena nota –pero tenía cuatro fracasos - podía ser considerado un buen boletín.
Internacionalmente, hoy tenemos otro “boletín”. Se llama “las listas de GAFI”, en que tenemos y seguimos teniendo mala nota, y por eso aparecemos y nos mantenemos en la lista gris.
Algunos compatriotas sacan su bandera patriótica para objetar la existencia de la lista, lo cual me parece absurdo.
Nacimos como país globalizado, lo cual significa que nuestros clientes y compradores están por todo el globo terráqueo. Ellos deciden si compran o no nuestros productos, ya sea por nuestra localización, por la calidad y legitimidad de los mismos, y por nuestra reputación como país. Nos conviene a nosotros -a más nadie- sacar un buen boletín y salir de la lista gris . No me preocupan ni la lista ni quienes ponen la nota. Lo importante es que nuestros productos para venderse necesitan que nuestro país tenga buena reputación y nuestros bancos necesitan corresponsales para operar internacionalmente.
Hace unas semanas, nuestra canciller reveló una lista del Tax Justice Networks, que indica los países que incumplen las exigencias de la GAFI y esta incluye a Estados Unidos, Inglaterra y otros países europeos. Estas revelaciones fueron muy eficaces al demostrar la injusticia de los señalamientos que se hacen contra Panamá, pues existen importantes miembros de la GAFI que operan con las mismas deficiencias por las que señalan a nuestro país.
¿Cuántos procesos jurídicos caminan sin postergaciones? ¿Cuántos condenados por recibir y lavar coimas de Odebrecht hay en Panamá, a pesar de haber confesiones y condenas ya concluidas en Estados Unidos y procesos activos en España y otros países?
El otro absurdo es que al no haber salido de la lista en la última y reciente evaluación (realizada el 17 de junio), nos estemos quejando acremente porque de 15 reformas cumplimos con 11…¡Y que con solo cuatro incumplimientos seguimos con la mala nota!
¡Dios mío! ¿De cuándo acá 11 de 15 nos da derecho a pensar que merecemos una buena nota? ¡No sigamos haciendo el ridículo!
Nuestro país tiene un equipo de profesionales muy preparados y conocedores, procurando que cumplamos con todas las exigencias y negociando para sacarnos de la lista. Estoy seguro que este equipo logrará los cambios mecánicos requeridos y solo falta ver si lo consiguen para la reunión de GAFI en octubre, para así lograr un estatus de cumplimiento que nos permita salir de la lista gris a principios del año 2023.
Sin embargo, aunque los puntos específicos sean muy importantes, quizá los más importantes serán los “procesos sancionatorios”.
Sabemos que nuestra industria bancaria es la de mayor cumplimiento y que la Superintendencia de Bancos de Panamá (su reguladora, cada día más profesional) está aplicando ya sanciones y públicamente.
Sin embargo, a pesar de haber pasado nuestro país por la tormenta de coimas enormes de Odebrecht, ¿cuántos procesos jurídicos caminan sin postergaciones? ¿Cuántos condenados por recibir y lavar estas coimas hay en Panamá, a pesar de haber confesiones y condenas ya concluidas en Estados Unidos y procesos activos en España y otros países? ¿ Cómo juzgaríamos nosotros los panameños la reputación (nota de boletín) del Poder Judicial, si los procesos continúan dependiendo de maletines que hacen imposibles las condenas? ¿Cómo nos calificaríamos o en cuál lista nos pondríamos nosotros mismos?
¿Qué esperamos los panameños del Ejecutivo (que, en el mejor de los casos, es “gris” respecto a la corrupción) cuando, a pesar de que las leyes anticorrupción (presentadas por diputados independientes) fueron aprobadas en la Asamblea, el presidente las vetó?
¡Tenemos que lograr salir de la lista gris de GAFI! Para ello –como país– tenemos que lograr cumplir con los cuatro cambios requeridos y con los importantísimos procesos sancionatorios que son necesarios.
¡La tarea es de todos!
El autor es presidente fundador del diario La Prensa.
