El muy discutido Canal de Panamá y la absurda concepción de su propiedad producen en algunos el surgir de manifestaciones de catarsis, excentricidades y narcisismos públicos e internacionales, que pretenden tomarlo como objeto para fines tanto personales como de políticas de gobierno. Lo cierto es que Panamá es su único dueño y debería ser, y significar para el desarrollo nacional, desde mi punto de vista, una política de Estado y no la concepción restringida de intereses particulares, de comercio simplista y de poca visión, como se plantea en el título XIV de la Constitución Política de la República.
Pareciera no haber una concepción del Canal, pero sí de un ente administrador lleno de intereses particulares, que no se identifica con los principios nacionales de lucha patriótica como tal y que solo genera terreno fértil para la germinación de malas hierbas que luego molestan. Tal es el caso de lo que hoy se vive y siempre se mantiene en reticencia.
El Canal y otros canales deberían ser el producto de la más grande política de Estado para el desarrollo nacional que debería tener el país, para aprovechar y explotar su mayor y gran fortaleza. Esto podría estructurarse como una política denominada “De la ubicación y geografía del territorio nacional”, que determinaría los fines de la ubicación y geografía del istmo como principal recurso natural del país y sus propósitos estratégicos. De esto se podrían derivar programas y proyectos para enfrentar las necesidades del desarrollo nacional, de política internacional y de visión de país en el largo plazo.
Panamá y su economía no pueden depender o estar supeditados al tercer sector, es decir, a los servicios en la forma, manera o tal cual se tienen, se piensan y se manejan en la actualidad. Si el propósito no es impulsar, por motivos chauvinistas u otros, el segundo sector, es decir, la industria con base en la minería, entonces es prioritario que los sectores primario y terciario se desarrollen intensamente y a cabalidad.
Así, de la propuesta de política de Estado antes mencionada, “De la ubicación y geografía del territorio nacional”, podrían derivarse grandes programas y proyectos con los cuales se podría terminar de una vez por todas con las infundadas molestias y alardes de imperialismo de Estados Unidos.
Los grandes programas y proyectos para el país y el desarrollo nacional que pueden definir una visión e imagen objetivo de Estado en el largo plazo podrían ser:
Programa de tránsito marítimo a través del istmo: Proyectos de canales. Ya se debería tener por lo menos un segundo canal. El actual es presa de la obsolescencia (110 años de existencia), poco actualizado o acorde a la escala naviera mundial. Podría asignársele y potenciar en él una función global de turismo, que generaría grandes ingresos al fisco. Para un nuevo canal a través del istmo, debería ser una prioridad explorar opciones, considerando las propuestas existentes y posibles competencias cercanas. Hay varias rutas posibles de explorar, y las modalidades de funcionamiento pueden ser variadas en atención a las nuevas tecnologías disponibles. Una opción podría ser un canal a nivel; otra, un canal basado en esclusas, pero con menor cantidad que el actual y con un trazado más corto y sin necesidad de nuevos embalses. La ruta Santa Isabel en Colón (Atlántico) a río Chico en Pacora (Pacífico), con solo 58 km de longitud y con la menor afectación de lugares poblados, presenta una de las mejores propuestas para este propósito.
Programa de trasiego terrestre de carga diversa: Proyectos de ferrocarriles, autopistas y carreteras.
Programa de trasiego de materia no sólida: Proyecto de poliductos (material líquido, gases, petróleo y derivados).
Programa de nuevas ciudades: Proyectos de dos nuevas ciudades terminales de 100,000 habitantes, como efecto primario de nuevos canales y de un ferrocarril norte-sur y este-oeste.
Programa de puertos: Proyectos de dos nuevos puertos terminales: uno en el Atlántico (Santa Isabel) y otro en el Pacífico (río Chico, Pacora).
¿Qué impacto tendría lo anterior en la economía, el desarrollo nacional y la nación panameña? Al menos lo siguiente:
Establecimiento, a largo plazo, de una imagen objetivo de país.
Reducción de la tasa de desempleo.
Incremento del PIB.
Incremento de ingresos al tesoro nacional.
Mejoramiento del presupuesto público.
Fuerte impacto en la inversión pública y privada.
Desarrollo urbano de nuevas áreas del país.
Desarrollo turístico en el área atlántica.
Desarrollo de infraestructura vial y transporte.
Mejoría en la calidad de vida.
Reducción de presión internacional por parte de los Estados Unidos.
Incremento del abanderamiento de barcos.
Incremento del tránsito naviero a través del istmo e ingresos para el erario público y, por ende, para el desarrollo nacional.
Fortalecimiento del sector terciario de la economía.
Impulso del desarrollo en nuevas áreas del territorio nacional.
Aprovechamiento a largo plazo de la posición geográfica nacional como recurso natural.
Aprovechamiento a largo plazo del recurso hídrico.
Atracción de inversión internacional.
Migración poblacional controlada.
Incremento en las dimensiones, calado, tipo de naves y número de tránsitos.
El autor es abogado y urbanista.