En agosto de 2022, el Congreso de Estados Unidos (EU) dio luz verde al Chips Act (Creating Helpful Incentives to Produce Semiconductors for America Act), una ley que busca revitalizar la producción local de semiconductores y fortalecer la competitividad en el sector tecnológico estadounidense. A medida que este movimiento se observa a nivel global, su repercusión se siente más allá de las fronteras de EU, afectando a países de la región como Panamá y Costa Rica. Las nuevas regulaciones relacionadas con créditos fiscales en el marco de esta legislación presentan una nueva perspectiva para comprender las implicaciones para Panamá.
Contexto del Chips Act
Esta Ley es parte de una estrategia más amplia destinada a reducir la dependencia de EU de las cadenas de suministro de semiconductores, las cuales han enfrentado diversos desafíos globales. La legislación no solo prevé inversiones significativas en producción y desarrollo, sino que también brinda incentivos fiscales a las empresas que amplíen sus operaciones en territorio estadounidense. Con la introducción de nuevas regulaciones en octubre de 2024, que establecen un crédito del 25% para inversiones en fabricación avanzada, EU busca consolidar su posición frente a potencias como China y la Unión Europea.
Implicaciones para Panamá
La ubicación geográfica estratégica y una economía en crecimiento hacen que Panamá esté evaluando cómo atraer inversiones en tecnología y manufactura, especialmente en el ámbito de los semiconductores. Sin embargo, el desafío que representa la nueva regulación de créditos fiscales en EU trae consigo diversas implicaciones:
Incremento de la Competencia: La posibilidad de que empresas aprovechen créditos fiscales significativos en EU podría desviar inversiones que antes se dirigirían a Panamá. Las empresas que busquen maximizar sus beneficios fiscales pueden decidir establecerse en EU, lo que podría poner a Panamá en desventaja.
Reevaluación de Alianzas Comerciales: A pesar de su atractivo histórico, Panamá necesita repensar sus relaciones comerciales para permanecer competitivo. La competencia por atraer inversiones tecnológicas podría obligar al país a mejorar sus ofertas y buscar nuevos acuerdos comerciales.
Incentivos Locales: Ante este reto, Panamá tiene el chance de fortalecer sus propias políticas fiscales y económicas. Crear incentivos atractivos, como reducciones de impuestos y un entorno regulatorio favorable, será crucial para atraer empresas de tecnología y manufactura avanzada, similar a lo que ha implementado exitosamente Costa Rica para captar inversiones, como las de Intel.
Fomento de Capacidades Locales: A medida que EU intenta mantener su liderazgo en semiconductores, Panamá puede aprovechar esta oportunidad para desarrollar sus propias capacidades en el sector. Invertir en educación y formación técnica será fundamental para establecer un ecosistema que pueda competir efectivamente en esta industria.
Efecto en Sectores Relacionados: Un crecimiento en la industria de semiconductores en EU podría incrementar la demanda de materias primas y componentes producidos en Panamá. Esto podría abrir nuevas oportunidades para las empresas locales que desean integrarse en cadenas de suministro vinculadas a la tecnología.
Conclusiones: el camino por delante para Panamá
El Chips Act y las recientes regulaciones sobre créditos fiscales en EU constituyen un cambio significativo que no solo transforma el panorama económico de Estados Unidos, sino que también plantea nuevos desafíos y oportunidades para Panamá. Para posicionarse adecuadamente en este contexto internacional, el país debe enfocarse en mejorar su infraestructura, optimizar políticas de incentivos y desarrollar el talento local.
El camino hacia el éxito en el sector de semiconductores y tecnología requerirá una colaboración efectiva entre el sector público y privado, junto con un enfoque estratégico que permita atraer inversiones y adaptarse a un entorno económico en constante cambio. Aprender de las estrategias exitosas de Costa Rica y otros países será esencial para trazar un futuro positivo para Panamá en este sector clave.
El autor es consultor, Country Managing Partner – EY
