En este mes de abril, César Young Núñez (1934-2017) cumpliría 91 años. Justamente celebrado escritor panameño, cuya obra se ha difundido extensamente y cuya mayor parte se resguarda en la Biblioteca Nacional. En 2007 publicó un excelente artículo en la revista Mosaico de La Prensa. Algunas personas intentaron criticarlo. En esa ocasión, y ahora, deseo elogiarlo, no acudiendo a sus obras, sino a su carácter y capacidad de responder con la elegancia y madurez de un escritor consumado.
El tono del ensayo de César Young N. quedó fijado en el inicio por la melancólica narración de un memorable encuentro con las obras de E. A. Poe, muchos años atrás. Es intensamente emotivo, pero controlado. Ajeno a esos brotes de romanticismo exasperado. No lleva el carácter visceral ni desbordado de algunas páginas de Martí.
Prosigue una cáustica opinión que Harold Bloom, el célebre crítico, profesor emérito de la Universidad de Yale, ha expresado sobre la obra de Poe. Para eludir ambigüedades, César Young reproduce las palabras de Bloom, lo que es ya el inicio de la crítica.
Le disgusta el juicio negativo que Bloom ha hecho de Poe y lo impugna en forma elegante y cortés: consiente que otros que aprecian a Poe opinen primero. Luego expresa la suya sin recurrir a rebuscamientos ni trucos. Parece que acude a la opinión de los que respetan a Poe, no porque dependa exclusivamente de la de aquellos, sino para mostrar que camina acompañado. El efecto que César Young Núñez ocasiona con esta maniobra es opuesto al provocado por los que frecuentemente nos irritan con tanta paráfrasis; recurso aceptable cuando se intenta ilustrar, pero no cuando se manipula para suplantar la opinión propia.
La expresión del sentimiento es lúcida. Esta cualidad se obtiene no por razonamiento directo, sino con la elegancia de un escritor maduro y consolidado. El que ha leído Macbeth y algunas narraciones de Poe como The Black Cat comprende de inmediato lo que dice CYN: “no tengo la capacidad de ocasionar una ruptura con todo ese mundo encantado y siniestro como la atmósfera de las marmitas y las brujas de Macbeth...”. Reconoce la autoridad de Bloom como crítico literario, pero afirma la preeminencia de la propia subjetividad, moldeada en parte por la experiencia de sus primeros encuentros con Poe: otra forma de desafiar la autoridad y un ejemplo de autenticidad, que Bloom probablemente reconocería.
Reconforta leer artículos de elevado nivel cultural como los de CYN, porque alivian un poco la desagradable impresión que deja el casuismo excesivo que exhiben muchos artículos de opinión. Cada cual reacciona en forma peculiar cuando lee a un autor como Bloom. Un truismo es cierto, pero relevante. El ensayo de CYN resalta convincentemente la necesidad de mantenerse en guardia contra la excesiva influencia de la autoridad de gente como el profesor de Yale.
El autor es abogado y doctor en filosofía.