Recientemente, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) decidió reducir las tasas de interés, una medida que, aunque parece enfocada en la economía estadounidense, tiene repercusiones globales, especialmente en países como Panamá. En mi artículo de esta semana, analizo cómo esta decisión podría influir en la recaudación fiscal y la inversión extranjera en el istmo.
El objetivo de la FED al bajar las tasas es estimular el crecimiento económico en medio de una desaceleración y presión inflacionaria. Con menores costos de financiamiento, se incentiva el consumo y la inversión en Estados Unidos. Sin embargo, esta política también impacta economías más pequeñas y abiertas como la panameña, que dependen de la inversión y el comercio internacional.
La reducción de tasas en Estados Unidos tiende a aumentar el flujo de capital hacia mercados emergentes en busca de mayores rendimientos. Panamá, con su estabilidad política y atractivo como centro financiero y logístico, podría beneficiarse de este fenómeno. La inversión extranjera directa (IED), esencial para el crecimiento económico panameño, no solo genera empleo, sino que también contribuye a la recaudación fiscal.
Con tasas más bajas en Estados Unidos, los inversionistas podrían voltear la mirada hacia Panamá. Sectores clave como la infraestructura, energía, servicios financieros y logísticos podrían ver un repunte, lo que dinamizaría la economía nacional.
Este incremento en la IED también podría tener un efecto positivo en la recaudación tributaria, ampliando la base imponible a medida que más empresas se establecen o expanden en el país. Esto es particularmente relevante dado el contexto actual de desafíos fiscales postpandemia.
Es crucial que Panamá adopte políticas tributarias adecuadas para maximizar estos beneficios. La recaudación no solo depende de la cantidad de inversión, sino también de la estructura impositiva y la eficiencia en la recolección de impuestos. Mejorar el sistema tributario garantizará que la inversión extranjera aporte beneficios sostenibles a largo plazo.
No obstante, Panamá debe ser cauteloso con el capital especulativo, que no siempre genera un crecimiento sostenido. Es esencial que se promuevan regulaciones que aseguren inversiones responsables y eviten la explotación de recursos.
Además, la dependencia de un entorno económico favorable en Estados Unidos plantea riesgos. Si las tasas de interés vuelven a subir, Panamá podría enfrentar la salida de capitales y la volatilidad económica resultante.
La reciente reducción de tasas por parte de la FED representa una oportunidad para Panamá de atraer inversión y aumentar la recaudación fiscal. Sin embargo, este escenario debe ser gestionado con prudencia y una visión de desarrollo sostenible. La implementación de políticas fiscales y regulaciones adecuadas será clave para que Panamá no solo se beneficie del aumento en la inversión, sino también para construir un futuro económico sólido y resiliente en un contexto global cambiante.
El autor es Country Managing Partner – EY

