En Panamá, la problemática de las bajas pensiones alimenticias afecta de manera desproporcionada a las madres solteras, quienes en su mayoría se ven obligadas a sostener a sus hijos con recursos mínimos, mientras los padres evaden sus responsabilidades económicas.
Las cuotas asignadas resultan, en muchos casos, insuficientes para cubrir las necesidades básicas de los niños, dejando a las madres en una situación de vulnerabilidad financiera. Sin embargo, el impacto de esta injusticia va más allá de lo económico. Además de la sobrecarga financiera, las madres sufren afectaciones psicológicas significativas, marcadas por el estrés y la ansiedad. A esto se suma la ineficacia del sistema de pensiones alimenticias en Panamá, que no solo condena a estas madres y a sus hijos a la precariedad, sino que perpetúa una crisis emocional y social que las instituciones no logran mitigar.
Existen varios factores que limitan el cumplimiento adecuado de las pensiones alimenticias, lo que afecta directamente la protección y crianza de los menores. A continuación, algunos de estos factores:
Ineficacia en la ejecución: Aunque la ley establece claramente la obligación de proporcionar alimentos a los hijos, uno de los principales problemas es la falta de mecanismos efectivos para garantizar su cumplimiento. Muchos padres logran evadir esta responsabilidad sin enfrentar consecuencias inmediatas o graves. La informalidad laboral y la dificultad para rastrear ingresos no declarados complican la tarea de hacer cumplir estas obligaciones.
Trámites judiciales lentos: Los procesos judiciales para establecer, ajustar o cobrar la pensión alimenticia son a menudo largos y burocráticos. Esto afecta tanto a los hijos como al padre custodio, quienes dependen de esos ingresos para cubrir necesidades básicas como alimentación, educación y salud. La lentitud del sistema judicial agrava la situación, dejando a muchas familias en la incertidumbre durante meses o incluso años.
Desigualdad de género: La mayor carga de la crianza recae tradicionalmente sobre las madres, quienes son las principales solicitantes de pensiones alimenticias. Sin embargo, las leyes no siempre contemplan las dificultades económicas que enfrentan estas mujeres, muchas de las cuales tienen trabajos informales o mal remunerados.
Exclusión de ingresos adicionales en ciertos casos: En el caso de los médicos, los ingresos generados por turnos extras no siempre se consideran al calcular las pensiones alimenticias. Esto crea una disparidad injusta, ya que estos turnos suelen representar una parte significativa de los ingresos reales. Al ignorar estos pagos adicionales, se establece una pensión alimenticia basada en una subestimación económica, afectando a los hijos y sobrecargando al padre o madre custodio.
Consecuencias de no incluir ingresos adicionales
Subestimación de la capacidad de pago: No incluir los ingresos provenientes de turnos extras da una visión incompleta de la capacidad económica del padre, lo que resulta en una pensión menor y, por ende, insuficiente para los hijos.
Desigualdad en la carga económica: La falta de consideración de estos ingresos impone una carga económica desproporcionada sobre el padre o madre custodio, quien debe compensar la diferencia con sus propios recursos.
Vacíos legales y necesidad de reformas
El marco normativo panameño no contempla de manera clara cómo deben manejarse los ingresos adicionales en profesiones como la medicina, lo que deja un vacío legal que puede ser aprovechado para minimizar las responsabilidades financieras. Es crucial que el sistema judicial panameño revise cómo se calculan los ingresos en profesiones con pagos adicionales regulares, para asegurar que los niños reciban una manutención justa.
Además, es necesario que el sistema legal adopte medidas más estrictas y eficaces para garantizar el cumplimiento de las pensiones alimenticias. Actualmente, las sanciones para los padres incumplidores son leves y rara vez se aplican con la severidad necesaria, lo que perpetúa una percepción de impunidad.
También es fundamental implementar mecanismos automáticos para ajustar las pensiones en función de la inflación y las necesidades crecientes de los hijos. Esto evitaría que las pensiones se vuelvan insuficientes con el tiempo, protegiendo así el bienestar económico de los menores.
Finalmente, la discriminación en casos de custodia compartida es un tema que requiere mayor claridad en las leyes. Es necesario que la evaluación de las contribuciones económicas en estas situaciones sea justa y refleje las realidades cambiantes de cada caso.
Impacto emocional en los hijos
El abandono económico por parte de los padres tiene graves consecuencias emocionales en los niños. La ausencia de una figura paterna comprometida puede generar sentimientos de abandono y afectar su desarrollo emocional y psicológico.
El sistema judicial panameño necesita reformas urgentes para garantizar que las pensiones alimenticias reflejen de manera justa los ingresos reales de los padres y se ajusten a las necesidades de los hijos. Solo así se podrá aliviar la carga económica sobre las madres solteras y garantizar un mejor futuro para los niños, evitando que crezcan en la precariedad y el abandono.
La autora es bibliotecaria, poeta y narradora.

