Muchos conocidos me han pedido una opinión al respecto del cambio de liderazgo en las autoridades de salud de Estados Unidos (EU) y su potencial impacto en la salud Latinoamericana. Para comenzar, a raíz de la toma de posesión de su nuevo gobierno, hemos visto por los medios de comunicación la gran controversia que ha causado el prospecto de jefe del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés), el señor Robert F. Kennedy Jr. (RFK, Jr.).
Todo cambio de gobierno conlleva transiciones estratégicas y no es mi intención sacrificar este espacio haciendo juicios personales o profesionales sobre el señor Kennedy. Más bien, solo quiero presentar a grandes rasgos, los profundos sesgos conceptuales que habrán de definir esta nueva etapa en el área de salud de EU.
El HHS, tiene bajo su jurisdicción los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés). Es preocupante que el escogido no solo carece de credenciales médicas o científicas. También preocupa el hecho de que, su mentalidad respecto a varios temas de salud, especialmente su posición anti-vacunas, nos da una visión dudosa de lo que se puede esperar en estos cuatro años venideros.
Hoy me interesa subrayar, tres errores conceptuales sobre los que públicamente se ha manifestado el candidato a jefe de la HHS, los cuales podrían servir de base para las nuevas directrices en salud por parte de EU. El primer error, y uno de los más desafortunados, es insistir en que el autismo es causado por las vacunas.
Ignorar la data extensa publicada hace muchos años e insistir en promulgar estudios incompletos que se han retractado por décadas, es el primer indicio de que podemos prepararnos para cuatro años de supresión de la ciencia y medicina basada en la evidencia. Esto es especialmente de cuidado, si se diera una posible nueva epidemia que su control pueda requerir el desarrollo rápido de nuevas vacunas.
El segundo error, según RFK, Jr., es su aserción de que los pesticidas son causantes del “transgénero” o que las vacunas infantiles se deben equiparar con las prácticas de la pedofilia. Estas falacias son tan absurdas que ahondar en tales disparates sería dignificar ideas retrógradas, enfermizas y oximorónicas.
El tercer error, y quizás el más vergonzoso, es desconocer aspectos básicos del sistema de salud americano en especial su aparente falta de entendimiento alrededor de los programas médicos federales y estatales de Medicaid y Medicare. Este último cubre a más de 60 millones de americanos. Pero los cambios que se avecinan se acompañan de otras maniobras anti-ciencia y anti-humanitarias por parte del nuevo gobierno estadounidense.
Por ejemplo, vemos la intención de un cierre inminente de la Agencia de EU para el Desarrollo Internacional (U.S.A.I.D. por sus siglas en inglés) lo cual ha disparado olas de choques globales. La USAID es una agencia federal responsable de planificar la asistencia económica y humanitaria en más de 120 países. En 2023, se estima que la USAID distribuyó casi 44 billones USD (44 mil millones de dólares) en ayuda humanitaria global y comida para 53 millones de personas. La USAID ha fundado proyectos para combatir epidemias, estudios clínicos con nuevos medicamentos o dispositivos médicos, promover la educación en la niñez, asegurar la provisión de agua potable y otras tantas áreas de desarrollo social. Estos programas han sido congelados de golpe, dejando en el aire gran cantidad de pacientes que de buena fe han formado parte de estudios que permitirían el mejor control de enfermedades como el SIDA o el ÉBOLA.
Al tratar de entender lo inentendible, es importante mantener nuestros pies firmes sobre la tierra. Panamá tiene la suerte de tener acceso a la guía de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la salud (OPS) y de los sistemas de salud de Europa y resto del mundo. Para nosotros, no habrá pérdida de opciones terapéuticas ni de vacunación.
Lo que nos queda es mirar con “lente de curiosidad” cómo se manejan nuestros vecinos del norte con las amenazas incipientes de una epidemia de enfermedades emergentes. Ejemplos importantes son la Gripe Aviar, o la diseminación del virus del Oropuche, o los esperados picos anuales de la covid-19 y la influenza. Habrá que preguntarse… ¿Cómo protegerán a sus hijos y a sus adultos mayores de futuras crisis de salud? De pronto, nos tocará modelar las estrategias de salud y apoyo social que deberemos continuar desde nuestro suelo y en concierto con el resto de la América Latina.
La autora es médica pediatra e investigadora