Aunque ya haya pasado el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, sigue siendo fundamental reconocer su aporte y la inmensa riqueza cultural que representan. Las manifestaciones culturales, como las prácticas rituales, las costumbres, la gastronomía y la vestimenta, son un reflejo de la esencia y de la identidad de cada pueblo. Estas expresiones no solo destacan por su diversidad, sino también por su importancia en la construcción de la identidad de un país.
Las manifestaciones culturales más antiguas de América surgieron con la formación de las grandes civilizaciones con inmensa variedad de lenguajes, gastronomía, representaciones en arte rupestre, desarrollo del calendario, sistemas de escrituras, religión y las relaciones del grupo humano con la naturaleza y con la sociedad.
En el caso de Panamá, las prácticas culturales de los pueblos autóctonos datan de la época precolombina, con representaciones en la danza, la comida, el lenguaje, los petroglifos y otros elementos asociados a los grupos aborígenes prehistóricos que dejaron su legado para futuras generaciones que siguieron contribuyendo a nuestra nación.
Los grupos étnicos más conocidos en nuestro país son los Guna, Naso Tjér Di, Ngäbe, Buglé, Bri bri, Emberá y Wounaan. Cada uno, con su propia cultura, idioma y tradiciones y con sus profundas creencias cosmológicas.
La población de la comarca Ngäbe-Buglé ha transmitido sus creencias por medio de relatos y canciones para dar a conocer sus manifestaciones culturales, los significados religiosos y mitológicos, las actividades agrícolas, incluyendo diferentes expresiones artísticas, desde su primera ocupación en el territorio hasta la actualidad.
En el presente se pueden encontrar lugares místicos, que, posiblemente, formaban una parte importante de la vida espiritual de los indígenas y de su interacción con la naturaleza. En la actualidad, estos sitios son accesibles, y pueden ser de interés para los aventureros nacionales y extranjeros. También sirven para promover el turismo ecológico.
Hay sitios sagrados relevantes en la Comarca Ngäbe, donde se puede interactuar con la naturaleza, la flora y la fauna, la tradición y el patrimonio cultural. Estos lugares representan bienes patrimoniales del pueblo, elementos sagrados valorados desde tiempos ancestrales. Algunos lugares como Llano Tugrí (cabecera de la comarca Ngäbe-Buglé), cuentan con una impresionante montaña sagrada, petroglifos y lagunas. Asimismo, la Cascada Kiki, en Soloy, un lugar místico e importante de la vida espiritual de los indígenas, debido a su interacción con la naturaleza. Todos estos lugares son importantes para el desarrollo de la comunidad. No obstante, para conservar y promover el turismo etnohistórico, se requiere apoyar a grupos sociales que tienen iniciativa, aprovechando los saberes ancestrales, promoviendo las actividades artístico-culturales y fomentando los espacios públicos.
Es fundamental involucrar a los jóvenes de las comunidades originarias en el diseño y en la gestión de las actividades turísticas, brindándoles la oportunidad para involucrarse y para que puedan utilizar su potencial a fin de promover el desarrollo de sus comunidades.
Implementar la enseñanza de la cultura del pueblo ngäbe en la educación pública del país es fundamental para el mutuo conocimiento, para el reconocimiento y para la valorización de las manifestaciones culturales de los pueblos originarios. Seguir conservando y difundiendo las diversas características culturales como el lenguaje, la vestimenta, la gastronomía, las creencias, las tradiciones de este pueblo, es esencial para la integración de la nacionalidad panameña. Esto aplica para cualquier otra etnia que habite en nuestro país.
Es relevante resaltar la importancia del patrimonio cultural para el turismo etnohistórico. Ello incluye conocer los sitios sagrados relevantes para promover el turismo etnohistórico.
Las actividades artístico-culturales en los centros educativos son importantes para transmitir, promover, preservar y difundir las manifestaciones autóctonas de este pueblo originario. Por ejemplo, la nagua tradicional que representa un símbolo cultural y expresa la identidad de las mujeres ngäbe.
El lenguaje ngäbere es uno de los elementos culturales más representativos. A través de su preservación, es posible transmitir todas las manifestaciones culturales de este pueblo.
Hay que hacer los esfuerzos necesarios en lo legal, político, social, cultural y económico para así respetar y enriquecer la identidad del país, como sustento de la importante unidad nacional a fortalecer y consolidar desde una rica diversidad.
El autor es egresado del LLAC 2020.
