Esta frase alude irónicamente a quienes cuando hay algo de interés, se adelantan a los demás para obtener beneficio o aprovechar la oportunidad.
Parece ser que se inició en Panamá, el período preelectoral. Preparémonos para ver propagandas políticas, promesas donde nos bajaran el sol, la luna y las estrellas y todas las rarezas de la bolita del mundo amén. Estos personajes no escatimarán esfuerzos para lograr el anhelado voto electoral. ¡Nuestra arma poderosa!
Cada cinco años nos toca escoger a quienes enrumbarán las políticas de gobierno con frases como “para gobernar mejor”, “al pueblo le va súper mejor”, “en las chancletas del pueblo”. Este período preelectoral se inicia cada vez más temprano. Los políticos con aspiraciones de repetir mandato son muchos. Parece que les gusta el puesto por todas las oportunidades y prebendas que obtienen. A algunos, sin esa posición, no los voltearían a ver.
Vemos que ya empezó la regaladera de cosas, muchas compradas no con su propio pecunio. Se empiezan a realizar actividades como obsequiar bicicletas, artículos del hogar, materiales de construcción o alimentos; se cierran calles para estas actividades; se entregan títulos de propiedad a familias que llevan años luchando por estos documentos, y entonces por arte de magia -¡zas!- ocurre el milagro... y alguien les entrega el esperado título. Todo esto ocurre en estos tiempo preelectorales, ¡Qué casualidad! Y estamos apenas comenzando.
Ahora también se “craneó” (por estrategia política y porque la ley electoral así lo permite) reservar posiciones o candidaturas para eventuales alianzas políticas y blindar las elecciones 2024 de una derrota. ¿Esto es democracia? ¡No! Esto se llama miedo o, como lo diríamos a lo panameño, ¡frulo!
Y para rematar, por allí alguien dice que “ganaremos otra vez con el 33%”. ¡Qué vergüenza, qué cinismo! ¡Bárbaro! ¿Qué paso con el restante 67% que no votó por el ganador? ¿Qué parte no entienden que gobernar un país no lo hace la minoría y en vez de sumar, este tipo de declaraciones restan? Viven en el país del clientelismo, porque gran parte de ese 33% de votos se lo deben al “te doy y tú me das” o a la repetida expresión “coge lo tuyo”.
Si alguien sale a enfrentarlos de manera educada por no estar de acuerdo con sus decisiones y mandatos, responden con frases fuera de todo contexto, como “ven a caminar las veredas”. ¡Sí! Salgamos a caminar, pero no solo las veredas. Salgamos a caminar y ver a quienes hoy viajan en jet privado, tienen autos de lujo, sus hijos están en escuelas privadas y van a universidades costosas en el exterior, muchas veces pagadas con dineros de todos los panameños que tributamos; tienen casas y apartamentos en la ciudad, en la playa y en el exterior, hacen fiestas espectaculares y derrochan dinero.
Cinco años más de lo mismo, ¡no! Si seguimos así, ¡que Dios nos agarre confesados! Mientras esto sucede, esperaré a que la democracia no se siga debilitando y que no se corra o vuele... Que mejor alcance a su abuela.
La autora es arquitecta.
