El 14 de mayo de 2024 se presentó en Beijing, China, la antología de cuentos titulada: Ellas cuentan. Es un libro que reúne a doce mujeres panameñas que representan apenas un fragmento del ecosistema del universo del cuento en Panamá. Gracias al embajador de Panamá en China, Leonardo Kam, se logró esta gestión cultural con el país de Asia que tiene una fuerte relación histórica con Panamá. A través de la literatura, los cuentos y el idioma, fortalecemos estos lazos de amistad y fraternidad con China. Creo que, si cada misión diplomática se esforzara por realizar alguna acción destinada a promover la literatura nacional, nuestros autores serían más conocidos fuera del país.
Panamá es una tierra de narradores y narradoras. Tenemos registros históricos importantes que reafirman esto. Existen antologías que responden a criterios que intentan recopilar las narraciones de corte folclórico o con más arraigo a lo nacional, como son los cuentos de tema campesino, folclóricos, mitos y leyendas o con temáticas diversas según el tipo de cuentos o los criterios del compilador. Una antología es una obra con estructura de mosaico. Es diversa y, por lo regular, responde siempre a un criterio arbitrario. El antologista o compilador tiene la difícil misión de elegir bajo un criterio y, por lo tanto, tiene que saber discriminar, sin que esta palabra sea necesariamente peyorativa.
La nueva antología de cuentos que se suma a este corpus literario: Ellas cuentan es una modesta antología de doce cuentos escritos por mujeres panameñas. Son doce historias escogidas, no de forma arbitraria, aunque, como ya dije, toda antología es arbitraria en la medida en que es inevitable la construcción de un criterio que siempre va a discriminar un universo de manera sistemática. En este libro hemos tratado de reunir los siguientes criterios: las doce autoras están vivas y representan a distintas generaciones; todas han publicado obras de cuentos, aparecen en otras antologías y han merecido premios.
Tal vez la característica más importante de Ellas cuenta es que es la primera vez que un grupo de escritoras panameñas son traducidas en mandarín. Ellas son Moravia Ochoa, Cheri Lewis, Annabel Miguelena, Consuelo Tomás, Ela Urriola, Eyra Harbar, Giovanna Benedetti, Griselda López, Isabel Burgos, Lissete Lanuza, Melanie Taylor y Nicole Alzamora. Entre ellas, Moravia Ochoa, Consuelo Tomás, Giovanna Benedetti y Griselda López.
Ellas representan a una generación de escritoras que viene fortaleciendo la literatura desde las décadas anteriores a la Invasión norteamericana en 1989. El resto, son mujeres que podrían estar enmarcadas dentro de una literatura de postinvasión dentro de la postmodernidad; una literatura fresca llena de códigos existenciales y preocupaciones, no demasiado distintas a sus predecesoras porque hasta cierto punto las preocupaciones que plantean en sus cuentos están conectadas por la cultura.
De esta forma podemos navegar por los poderes del imaginario infantil en el cuento John Seal, de Annabel Miguelena; la ternura descabellada y lo absurdo en El hombre del perro, de Cheri Lewis; el mito de la Tulivieja que nos describe la cruel realidad social en La Promesa, de Consuelo Tomás; las nociones de los códigos existenciales trascendentales desde la mirada de la infancia en Lo ínfimo, de Ela Urriola; la realidad y el destino desde la mirada de un gato en Médium, de Eyra Harbar; la impresión brutal y la ambigua atracción por las cosas que en la oscuridad y la luz parecen ser humanas, y no lo son en Marioneta blanca, de Giovanna Benedetti; los muros de muerte que hay que saltar para alcanzar la libertad en Dos vidas, dos colores, de Griselda López; la soledad y la amistad en El closet, de Isabel Burgos; el triste sabor de la memoria en Mangos, de Lissete Lanuza; las relaciones en un mundo donde el ecosistema se debilita y el amor busca comunicarse en Amores de papel, de Melanie Taylor; el tema de la invasión del ejército norteamericano a Panamá en Juan Garzón se va a la guerra, de Moravia Ochoa; la soledad, la inercia y el erotismo en Exploraciones, de Nicole Alzamora.
Temas diversos que indagan la identidad, la relaciones, la soledad, lo psicológico, las emociones, el tedio, la muerte. Las doce mujeres que fueron escogidas para este libro manejan con profunda sensibilidad estos temas que nos introducen a través de las acciones de sus personajes en el sustrato de mundos oníricos y contradictorios, además de que contienen preocupaciones sociales y existenciales.
Flannery O’Connor dijo que un cuento tiene que ver con la realidad. Afirmaba que la escritura de ficción no tiene que ver con decir cosas; tiene que ver con mostrar cosas. Las historias en esta antología nos muestran un relativo y misterioso mundo cotidiano que se comunica con la realidad. Son cuentos donde la acción dramática compleja de los personajes gravita en mundo distinto, con la particular belleza de historias que nos conectan con la vida. El misterio de la personalidad, como decía Flannery O’Connor, se descubre en cada una de las doce historias que encontramos en Ellas cuentan.
El autor es escritor.

