Emilia tiene siete meses; su sonrisa ilumina el día de todos a su alrededor. Una mañana empezó con un poco de moquitos transparentes, nada que preocupara demasiado, pero, al pasar las horas, presentó fiebre y tos seca. Con el correr de los días, respirar se volvió cada vez más difícil para ella. Lo que parecía un simple resfriado rápidamente se convirtió en una pesadilla para su familia. Sus padres, asustados, la llevaron al hospital, donde terminó hospitalizada con diagnóstico de bronquiolitis por virus sincitial respiratorio (VRS) y luego necesitó cuidados intensivos para salir de peligro.
Emilia era una bebé completamente sana y sin factores de riesgo para sufrir complicaciones graves por una infección de VRS: nació a término, con buen peso, no tenía problemas de salud previos, tenía sus vacunas al día y sus padres siempre habían cumplido con sus visitas al pediatra.
Lamentablemente, lo que vivió Emilia no es un caso aislado. Cada año, cientos de bebés en Panamá enfrentan complicaciones graves por el VRS, especialmente durante sus primeros meses de vida.
El VRS sigue siendo un gran desafío para la salud de nuestros bebés, quienes aún dependen completamente de nosotros para su cuidado. Según datos del Hospital del Niño José Renán Esquivel, en 2023, 6 de cada 10 hospitalizaciones por este virus ocurrieron en bebés menores de 1 año. En 2024, la situación fue aún más preocupante: las infecciones respiratorias graves por VRS alcanzaron niveles alarmantes entre mayo y julio, afectando a cientos de bebés.
Esto nos recuerda que el VRS puede ser muy peligroso, incluso para bebés sanos, y que debemos tomar medidas para protegerlos.
Hoy en día, tenemos dos herramientas altamente efectivas disponibles a nivel mundial que pueden evitar que más familias pasen por lo que vivieron los padres de Emilia:
Vacuna PreF contra el VRS: Se administra a mamás embarazadas en su tercer trimestre y protege a los bebés durante los primeros meses de vida.
Nirsevimab: Un anticuerpo monoclonal de acción prolongada, diseñado para proteger a los bebés durante su primera temporada de exposición al VRS.
Ambas estrategias han demostrado ser seguras y eficaces para prevenir infecciones, hospitalizaciones e incluso muertes por VRS. Por ejemplo, en España, el uso de Nirsevimab redujo las hospitalizaciones por este virus en un 89.8% durante la temporada 2023-2024, protegiendo a miles de bebés.
Estas herramientas no solo cuidan la salud de los bebés, también traen alivio económico y emocional a las familias. Estudios científicos demuestran que, gracias al Nirsevimab, se reducen significativamente las hospitalizaciones, los ingresos a cuidados intensivos y la necesidad de antibióticos. Esto no solo protege a los más pequeños, sino que también reduce el impacto financiero y emocional en sus familias.
El impacto emocional de tener un bebé hospitalizado es inmenso. Saber que existen estrategias para prevenirlo debería motivarnos a actuar cuanto antes.
Proteger a nuestros bebés contra el VRS debe ser una prioridad nacional. No podemos esperar más. Es momento de tomar decisiones que aseguren un futuro más saludable para nuestros niños.
En países donde ya se han implementado estas estrategias, como Chile, los resultados han sido impresionantes. Durante 2024, no se registraron defunciones por VRS en menores de un año, no se necesitaron más camas de cuidados intensivos y no se suspendieron cirugías programadas debido al aumento de cuadros respiratorios. Esto demuestra que estas medidas funcionan y pueden salvar vidas aquí también.
Nuestros niños merecen crecer sanos y felices, sin la amenaza de enfermedades prevenibles. Por el bienestar de nuestros niños y la tranquilidad de sus familias, hagamos esto posible. Unidos, podemos cambiar la realidad del VRS en Panamá.
La autora es médico pediatra, mamá y promotora del bienestar infantil.