El emperador Naruhito nació el 23 de febrero de 1960 en Tokio Japón, hijo de los emperadores Akihito y Michiko. Según la Constitución de Japón, en el artículo 1, representa el símbolo del Estado y la unidad de la nación, emanando su autoridad de la voluntad del pueblo en quien reside el poder soberano.
Naruhito, de la dinastía del Crisantemo, es el último en una línea ininterrumpida que se remonta a 14 siglos, es el soberano del país del Sol naciente desde el 1 de mayo de 2019. Según sus biógrafos, se destaca por su sólida formación en prestigiosas universidades en Gran Bretaña en el área de humanidades, donde obtuvo sus títulos con grandes honores, especializado en historia medieval. Igual tiene un gran talento musical, amor por el arte y la cultura. Su reinado representa la era de “Reiwa” o “hermosa armonía”; se puede interpretar también como “paz ordenada”. Su visión política y su mensaje permanente de trabajar para lograr la felicidad del pueblo, el desarrollo de las naciones y la paz en el mundo, se hacen realidad en los programas, proyectos que se realizan para su pueblo y en nuestros países. (Víctor Moreno y otros, 2018)
No hay fecha más propicia para reconocer la hermandad entre nuestros pueblos, cuyos lazos de amistad se consolidan desde el 7 de enero de 1904, como primer país en establecer relaciones diplomáticas, pero según los registros oficiales, nuestra relación con Japón data de varios siglos, porque el primer contacto se dio en 1860, cuando una misión diplomática del Shogunato Tokugawa hizo escala en el istmo de Panamá (durante la Confederación Granadina).
Nos congratulamos por el natalicio de su majestad imperial Naruhito y reconocemos su apoyo, a través de Hideo Fukushima, embajador de Japón en Panamá. El gobierno de Japón apoya distintos proyectos y acciones como la capacitación técnica de JICA, programas comunitarios de seguridad humana, cultura, educación, apoyo a las artes marciales, preservación del ambiente, apoyo en trasporte para clínicas de salud, equipamientos a clínicas de Aplafa de Chiriquí y Arraiján y el diálogo con organizaciones y con el sector privado, entre otros.
Para las instituciones de educación superior, especialmente la USMA, Japón ofrece oportunidades educativas, culturales, intercambios a estudiantes y profesionales, así como en las relaciones comerciales y marítimas, en donde se encuentra entre los usuarios más frecuente del Canal, en el sistema de abanderamiento de buques y en la Zona Libre de Colón, por lo que no podemos dejar de resaltar su significativa contribución a la sociedad mediante su cultura, historia milenaria, filosofía, gastronomía, innovación, tecnología, valores humanos, economía y su papel en la política a nivel nacional e internacional para preservar la paz.
El autor es vicerrector de Investigación y Extensión de la USMA