Recibir un diagnóstico médico puede desencadenar una experiencia emocionalmente abrumadora. De acuerdo con la OMS, las enfermedades crónicas se caracterizan por ser afecciones de larga duración con una progresión generalmente lenta. Este concepto abarca enfermedades que van desde el cáncer, cardiopatías, enfermedad cerebrovascular, diabetes y artritis, entre otras. Es importante que las personas conozcan y comprendan los desafíos que enfrentan al recibir un diagnóstico médico crónico y cómo pueden afrontarlos.
El primer impacto al recibir un diagnóstico es emocional. Pueden surgir emociones abrumadoras, que van desde el miedo hasta la tristeza y la ira. La noticia puede sacudir la percepción de la salud y el bienestar, llevando a las personas a sentirse vulnerables y desorientadas.
Una vez se llega a una mayor aceptación de la enfermedad, es fundamental buscar información fiable sobre la condición médica. Esto permite una comprensión más profunda de la enfermedad, sus síntomas, tratamientos y perspectivas a largo plazo. La información también empodera a la persona afectada, permitiéndole tomar decisiones informadas sobre su atención médica.
Si bien recibir un diagnóstico puede ser una experiencia solitaria, no tiene por qué serlo. Hablar con amigos y familiares de confianza o recurrir a un psicoterapeuta proporciona un espacio seguro para expresar emociones y preocupaciones. Luego de conocer un poco más de su condición, puede iniciar la participación activa en su proceso de atención médica.
La aceptación y la adaptación son procesos que llevan tiempo. Sin embargo, con el apoyo adecuado, una actitud positiva y el manejo médico correcto de la condición, es posible llevar una vida plena y significativa.
En resumen, si bien recibir un diagnóstico médico desencadena una serie de emociones y desafíos, con el apoyo y la información adecuados es posible adaptarse y seguir adelante. El rol de la resiliencia y la esperanza en este proceso no deben ser subestimados.
Reconocer que uno no está solo en esta experiencia puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. Lo expuesto anteriormente demuestra la relevancia de practicar la amabilidad y la empatía en nuestro diario vivir, pues muchas de estas enfermedades son invisibles y nunca podremos conocer las cargas que cada persona pueda estar llevando.
La autora es médico, coordinadora de proyectos y asistente del Panama Aging Research Initiative (PARI), del Indicasat-AIP