Ha dicho el presidente José Raúl Mulino que, según su asesor Adolfo Ahumada, la Enmienda Nunn al Tratado de Neutralidad es la base legal del memorando suscrito con el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
En torno a este tema, el Dr. Silvio Guerra Morales me hizo una consulta que absolví puntualmente y que comparto con el lector a continuación.
En su consulta sobre la llamada Enmienda Nunn y otras, le puntualizo sucintamente lo esencial desde el punto de vista del Derecho Internacional y el Derecho de los Tratados:
Muchas personas, entre panameños y estadounidenses —incluidos funcionarios y negociadores— desconocen el Derecho Internacional.
Por esa razón, incurren en errores al analizar los tratados entre Panamá y Estados Unidos, pero eso no los convierte en culpables.
Puedo citar al azar algunos nombres de Estados Unidos vinculados a los Tratados TC: Ellsworth Bunker, Sol Linowitz, Jimmy Carter, William Jorden, y Henry Kissinger, exsecretario de Estado y coautor, junto al suscrito, de la Declaración Tack-Kissinger del 7 de febrero de 1974.
De Panamá cabe mencionar a los principales protagonistas de hoy: el presidente José Raúl Mulino, el ministro de Seguridad, Frank Ábrego, y el canciller Javier Martínez-Acha, señalados como culpables de traición nacional; y en segundo plano, a Adolfo Ahumada, quien, según Mulino, goza de su absoluta confianza.
La gran diferencia es que los estadounidenses de la primera época mantenían unidad y claridad de propósitos, cualidades ausentes en los funcionarios panameños actuales.
Según el Derecho de los Tratados, los convenios internacionales de carácter bilateral —es decir, entre dos Estados— no pueden someterse a enmiendas durante el proceso de ratificación. Eso es un sacrilegio jurídico.
Tales enmiendas solo son posibles en tratados multilaterales, es decir, entre más de dos Estados.
Para mantenernos en la historia del Canal, recordemos que Inglaterra, que rivalizaba con Estados Unidos por un canal en Centroamérica, suscribió —tras medio siglo de discordias— el primer Tratado Hay-Pauncefote en 1900.
Sin embargo, el Senado de Estados Unidos le introdujo enmiendas durante la ratificación, que Inglaterra rechazó, lo cual obligó a Estados Unidos a negociar el segundo y último Tratado Hay-Pauncefote, en 1901, que luego fue aplicado fraudulentamente al Tratado Hay-Bunau Varilla del 18 de noviembre de 1903.
No continuamos con la analogía, pues, mutatis mutandis, Panamá no es siquiera hoy la Inglaterra de 1900.
Fue este incidente entre Inglaterra y Estados Unidos un tema que inspiró a Harmodio Arias, en 1911, a escribir su tesis doctoral sobre un canal en Panamá.
Los Tratados Torrijos-Carter, de 1977, eran bilaterales y, al momento de ser ratificados por el Senado de Estados Unidos, se les introdujeron ilegalmente varias reservas; entre ellas, al Tratado de Neutralidad Permanente y Funcionamiento del Canal (TN), al cual se intentó aplicar las enmiendas DeConcini, Nunn y Church.
La Enmienda DeConcini pretendía autorizar la intervención unilateral de Estados Unidos para “defender el Canal”, sin requerir el consentimiento del gobierno de Panamá.
La Enmienda Nunn pretendía autorizar la presencia y las bases militares después del año 2000, a pesar del artículo 5 del TN, que las prohibía.
La Enmienda Nunn es la que, según Adolfo Ahumada, es la base del memorando del presidente Mulino con el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
La Enmienda Church era un intento de hacer potable la Enmienda DeConcini, afirmando que esta no tenía la intención de afectar la soberanía de Panamá.
Ninguna de las citadas enmiendas tiene validez jurídica ante el Derecho Internacional Público por las razones expuestas.
Como si fuera poco, el pueblo de Panamá tampoco aprobó dichas enmiendas en el plebiscito de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, ya que fueron “aprobadas” por el Senado estadounidense el año siguiente, en marzo de 1978.
Pese a su obvia nulidad, Omar Torrijos y Jimmy Carter —que no eran expertos en Derecho Internacional— intentaron flexibilizar las enmiendas en junio de 1978 para hacerlas más “potables” para nuestro pueblo.
¡Vana ilusión! Tales intentos, aunque preñados de buena fe, resultaron inútiles ante la inmutable doctrina internacional.
El autor es internacionalista.
