Entendiendo el contrato de Minera Panamá



Quiero creer que el Gobierno Nacional quiere indicar a todos los panameños el destino de un Panamá totalmente minero para el beneficio de todos y no de unos pocos. Es por eso que, utilizando la lógica de este Gobierno, aspiro a que el resto de los panameños podamos beneficiarnos directamente de la minería y, de igual manera, podamos hacerlo con condiciones equivalentes a las que tiene Canadá para la minería en su territorio.

Creo que ambas naciones buscan ser recíprocas en sus relaciones comerciales.

Para ello, propongo al Gabinete presidido por el excelentísimo presidente que ordene a nuestro hábil equipo negociador que se traslade a Canadá para negociar las mismas condiciones pactadas en Panamá para una empresa que denominaremos Minera Pueblo Panamá; obteniendo una concesión de cobre que sirva para que en el contrato ley de la futura empresa minera del pueblo panameño se obtengan los siguientes beneficios: una extensión del contrato definida por nuestra empresa, control de los terrenos dentro y fuera de la concesión, impuestos blandos o no pago de los mismos, y, de requerirlo, una restricción de espacio aéreo sobre nuestra concesión.

También la construcción de infraestructura, como puertos y aeropuertos, uso del fondo marino, comercio en general y otra actividades futuras por definir por la empresa, fuera y dentro de la concesión, y lo anterior incluye, pero no se limita a la expropiación de tierras a requerimiento de la empresa. Que además el mismo contrato permita poder extraer otros minerales a futuro, oro, plata y molibdeno.

Que se ordene a todos los funcionarios canadienses a no entorpecer las operaciones de la empresa y dar prioridad o paso expedito a cualquier trámite de la misma, sin demora. Y que todo lo anterior le aplique a sus compañías asociadas y a sus contratistas. De haber algún litigio en contra de nuestra empresa panameña o alguno de sus concesionarios, que los costos legales sean pagados por el pueblo canadiense.

Y sobre todo, que sólo le aplique lo definido dentro del contrato. Se me olvidaba: que en las relaciones labores de la empresa sólo se apliquen las declaradas en el contrato, es decir, no las normas que tiene Canadá, pues el contrato por sí mismo sería la nueva norma, que estaría por encima de las demás del país.

Estoy seguro que un contrato así para Canadá traerá toda la inversión global por las bondades pactadas en el mismo. No dudo que la embajada de Canadá en Panamá estaría dispuesta a hacer lobby por nosotros los panameños, para que sus legisladores aprobaran ese contrato por los grandes beneficios que obtendría el pueblo canadiense. Y creo que de esta manera ambos pueblos nos beneficiaríamos por igual.

Yo hasta sugeriría llevarnos al actual gerente general de Minera Panamá, por el rol desempeñado como artífice del nuevo contrato que se requiere firmar por la Asamblea Nacional de Panamá. Sería un ganar ganar.

Espero que de igual forma el Gafi y la OCDE no se opongan a que nuestra empresa declare confidencial a cualquier accionista con menos del 10% del total de nuestras acciones. No hay que temer que tengamos corrupción en Panamá ni en Canadá.

Señor presidente, no le tiemble la mano y equipare la Minera de Pueblo Panameño con iguales condiciones a las otorgadas a Minera Panamá.

Perdón, me acabo de despertar... ¿No es así la cosa?

El autor es presidente de la Fundación para la Protección del Mar (Promar)


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