Meses atrás me referí a la posibilidad de trasladar funciones de ciertas instituciones de gobierno a los municipios, dado que algunas de estas actividades, por su naturaleza administrativa, les corresponden. Sin embargo, han sido eliminadas de sus competencias para crear nuevas autoridades bajo el argumento de mejorar la gestión de ciertos servicios. La práctica ha demostrado que esto no siempre ha sido cierto.
También se contemplaba que esta reorganización permitiría eliminar algunas instituciones estatales con los siguientes objetivos:
Disminuir el tamaño del aparato gubernamental.
Hacerlo más eficiente, ágil y con menor burocracia.
Optimizar el uso de los impuestos de la población.
Reducir gastos innecesarios en la planilla del Estado.
Generar empleos en sectores estratégicos.
Hoy, el Presidente ha retomado la idea de reducir el tamaño del Estado, algo que mencionó en campaña. Esto implicaría eliminar o fusionar instituciones públicas cuyas funciones sean redundantes o poco claras y que solo contribuyan a incrementar el gasto estatal sin aportar valor real a la administración pública.
Panamá es un país pequeño en comparación con otros, pero ocupa un lugar destacado en los índices de burocracia estatal. También enfrenta un alto nivel de corrupción, un problema estructural que genera costos económicos y una administración ineficiente.
Reducir el aparato gubernamental podría disminuir la corrupción, pues un Estado más grande y con funciones superpuestas genera mayores riesgos de opacidad. Sin embargo, la falta de voluntad política y los intereses creados dificultan la implementación de medidas efectivas.
¿Qué instituciones podrían fusionarse o eliminarse?
Actualmente, el país cuenta con:
17 ministerios
34 instituciones descentralizadas
16 empresas públicas
8 intermediarios financieros estatales
9 organismos independientes
78 municipios
649 juntas comunales
13 gobernaciones
Esta estructura genera un gasto elevado, similar a una larga cola en un vestido de novia: innecesaria y costosa. Para reducirla, se pueden tomar distintas estrategias, desde decisiones ejecutivas inmediatas hasta reformas legislativas y constitucionales a largo plazo.
En el ámbito del Ejecutivo, algunas fusiones y eliminaciones viables incluyen:
La Autoridad de Pasaportes podría reintegrarse como una dirección del Ministerio de Gobierno.
La Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario es competencia de los municipios.
El Instituto de Mercadeo Agropecuario (IMA) podría ser una dirección dentro del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA).
La Empresa de Mercados Nacionales de la Cadena de Frío debería operar en coordinación con alcaldías y el MIDA.
El Banco Hipotecario Nacional podría fusionarse con la cartera hipotecaria del Banco Nacional de Panamá y la Caja de Ahorros.
SerTV podría privatizarse.
El Instituto Panameño Autónomo Cooperativo (IPACOOP) podría ser absorbido por el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel).
La Dirección General de Contrataciones Públicas podría ser parte de Mitradel.
El Ministerio de Obras Públicas (MOP) podría reducirse, delegando el mantenimiento de calles a empresas privadas.
El Instituto Nacional de la Mujer debe estar integrado en el Ministerio de la Mujer.
Reducir el tamaño del Estado no solo implica eliminar instituciones, sino también optimizar los procesos administrativos para hacer más ágil la gestión pública.
Un gobierno más pequeño permitiría un mejor control y supervisión, reduciendo la burocracia y el gasto innecesario. La pregunta es si realmente existe la voluntad de hacerlo.
El autor es abogado y urbanista.