Al abordar la reducción de la pobreza y generación de ingresos, el gran reto de los países es la creación de empleo formal. Cuando nos enfocamos en las libertades individuales en economía, se tiene como objetivo crear capacidades y no dependencias en las personas, grupos y/o sociedades para que por cuenta propia puedan encontrar oportunidades laborales y contribuir al crecimiento de las economías.
Desde esta perspectiva, el caso panameño sigue siendo interesante, porque a pesar de presentar un crecimiento del 10.8% (2022), se observa una pérdida de empleo formal durante los últimos años, pasando de 48.6% en el año 2013 a 38% en el año 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). Esto como consecuencia de una recuperación heterogénea, falta de consenso en materia de empleabilidad inclusiva y pocas políticas de empleo para personas con vulnerabilidad.
La primera lección que se puede abordar, es el caso de países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), los cuales mantuvieron una tasa de desempleo promedio de 4.9%, para enero de 2023, siendo el séptimo mes consecutivo en este mínimo histórico, con una reducción significativa para el caso de las mujeres, alcanzando 5.1%. El desempleo se mantuvo en los niveles más bajos en siete países, entre estos Canadá, Francia, Alemania y Estados Unidos.
Podemos mirar las buenas prácticas en materia de empleo a nivel internacional, y más cuando tenemos por delante ejemplos positivos, como los casos de Alemania, con un porcentaje de participación laboral femenina de 75.7%, Nueva Zelanda 79.3%, Suecia 81% e Islandia con 83% (OCDE, 2022).
Lo que se observa en países desarrollados es una alta inversión en educación, competencias y formación continua, para mejorar la productividad de los sectores, lo cual ha permitido una mejora del capital humano y sus destrezas para insertarse al mercado laboral. Un ejemplo de ello, es la formación dual en Alemania, combinando la formación teórica y práctica. La tasa de desempleo en este grupo ronda el 6.1% en dicho país, y es una de las más bajas dentro de las economías europeas.
En el caso de Panamá, los años de escolaridad aún son pocos, principalmente en las comarcas, los ingresos no son los más adecuados, y persisten barreras a los más jóvenes, como por ejemplo la experiencia laboral. Como consecuencia, el coeficiente de Gini, para medir desigualdad de ingresos, es de 0.498 (Cepal, 2019), mientras que la informalidad alcanza el 48.2% de los trabajadores (INEC, 2022).
La competitividad favorece el entorno, reduce la burocracia, y mejora el dinamismo del mercado laboral. Alemania ocupa el séptimo puesto a nivel global en el Índice de Competitividad Global (ICC 2019 – 2020), que evalúa el Foro Económico Mundial, entre 141 economías. Además, ocupa el puesto número cinco en habilidades de los trabajadores y el número 14 en mercado laboral, que se caracteriza por un alto nivel de flexibilidad y productividad.
Es común observar la promoción de centros y talleres de formación en personas con discapacidad, que trabajan en conjunto con empresas para potenciar el empleo, como son los casos de ALBBW (Berlín) y Talleres Oberlin (Potsdam), a quienes visitamos, durante un programa informativo de la Fundación Friedrich Naumann.
Esta visita nos recuerda el compromiso que tenemos todos por un mercado laboral de oportunidades, incluso para trabajadores inmigrantes y refugiados, como constatamos en el Centro de Asesoramiento para Migración y el Buen Trabajo (Arbeit und Leben) y, más enfrentando los contextos de escasez de mano de obra a nivel global.
Cambiemos la realidad y enfoquemos de una manera más eficiente nuestras políticas de empleo, de modo que vayan de la mano con las necesidades del mercado laboral. Esto requiere de un gran consenso entre todos actores, un marco institucional estable y duradero en el tiempo, que no sufra por los cambios de gobierno, así como de seguridad jurídica y estabilidad económica y social, para que el ecosistema emprendedor y empresarial, puedan seguir fortaleciéndose y creciendo, creando oportunidades de trabajo reales.
El autor es amigo de la fundación Libertad, economista, consultor y docente universitario
