¡Feliz Día Internacional de la Felicidad!
Me imagino que es una sorpresa para ti enterarte de que existe la celebración de este día. No muchas personas saben de la existencia de este día, que fue creado por la Organización de las Naciones Unidas en resolución aprobada por su asamblea el 28 de junio de 2012, con la cual se invita a gobiernos y organizaciones a invertir en condiciones que favorezcan la felicidad.
No hay búsqueda o conquista mayor anhelada por toda persona que el vivir feliz. En un mundo de prosperidad, de tantos avances, de conexiones digitales y de inteligencia artificial, este anhelo universal de felicidad se ha convertido en todo undesafío. Adicionalmente, el acelerado ritmo en que vivimos nos hace perder el norte y nos desvía de lo que resulta realmente prioritario en nuestras vidas, afectando nuestro bienestar y plenitud.
Cultivar de manera oportuna una felicidad verdadera y sostenible en el mundo moderno es un viaje personal de autoconocimiento y de capacidad para encontrar un buen balance en medio de un entorno pujante y en constantes cambios.
Dedicar tiempo a actividades que nutran nuestra alma, corazón y mente depende exclusivamente de qué tan conscientes somos de la importancia de ser personas felices y los beneficios que esto conlleva.
Bien sabemos que a lo largo de la historia el tema de la felicidad ha estado en la agenda mundial. Muchos se han dedicado a comprender y alcanzar la felicidad a su modo. En nuestra sociedad contemporánea actual, esta tarea o deber se mantiene con mayor ímpetu, principalmente por el bombardeo de información directa e indirecta de qué deberíamos hacer y cómo ser para vivir felices. En ocasiones, esta avalancha de información y consejos nos generan una sensación de insatisfacción y frustración en nuestras propias vidas. No dejemos que nos engañen y nos lleven a una felicidad superficial.
Es crucial que tomemos tiempo de reflexión sobre cómo alcanzar de manera oportuna y eficiente esa genuina felicidad que tanto merecemos todos. Esto también implica ser leales a nuestros valores, principios, convicciones y propósito en la vida.
Ante el caos que en muchas ocasiones nos absorbe hoy día, existe la necesidad de replantearnos e indagar sobre nuestros propios paradigmas al respecto de qué representa la felicidad en nuestras vidas, cómo podemos buscarla y/o crearla. Es esencial recordar, una vez más, que la felicidad no se fundamenta en lo externo, sino que se siente y se revela profundamente a lo interno de nuestro ser.
Aunque la felicidad es un anhelo que todos compartimos, primero lo primero: dedicarnos a nuestro propio bienestar, plenitud y crecimiento personal. De esta manera, podremos tener un mejor y más significativo impacto en las personas que nos rodean y en el mundo.
Sentir satisfacción por la vida, mantener un positivo balance de vida y generar una buena calidad de vida son elementos indispensables muy relacionados a los temas de bienestar, plenitud y felicidad. Toda nuestra existencia se ha articulado alrededor de estos temas o conceptos fundamentales.
La felicidad como fin último de la vida humana (Aristóteles) se centra en vivir más a menudo experiencias de dicha y gozo, y minimizar episodios de dolor y tristeza (y yo añadiría saber gestionarlos mejor con valor y serenidad).
Este Día Internacional de la Felicidad, con el cual se reconoce la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de todos los seres humanos, es una oportunidad para sensibilizarnos sobre este tema de gran interés y una invitación a que no descuidemos nuestro deber de ser felices, de reconocer que aún en la imperfección y en las trivialidades de la vida, podemos alcanzar niveles de felicidad que resulten gratificantes.
Solo hay que hacer un pequeño esfuerzo adicional, no dejarse arrollar por la volatilidad e incertidumbre existentes en este mundo, sabiendo apreciar y disfrutar de lo maravilloso de esta vida.
Que la felicidad se haga especialmente hoy y, a partir de hoy, muy presente en nuestras vidas. Que así sea. Es nuestra decisión.
El autor es promotor de bienestar y vida feliz.