La Academia de la Lengua de Panamá nos ilustra que el término “gentilicio” es perteneciente a las personas o naciones. En palabras más sencillas, “gentilicio” es un adjetivo con el cual se nombra a los originarios de un país, de un distrito o de un lugar. Así, a los que somos de Panamá se nos llama panameños. A los de Colombia se les llama colombianos. A los de Los Santos se les llama santeños. A los de Ocú se les llama ocueños. Pero los de Las Minas somos mineros y no “mineños”. ¿Por qué mineros? Porque la población de Las Minas se originó por las minas de oro que explotaron los españoles en la conocida mina de El Gallo. Por ese origen de minas, nuestra patrona es Santa Bárbara, que en Europa, y sobre todo en España, es considerada como patrona de la minería.
El hecho de que en Las Minas no se practique la minería no es razón válida, por ningún motivo, para cambiar el gentilicio de minero a “mineño”. Quienes estén usando el término incorrecto de “mineño” por el correcto de minero, están demostrando un absoluto desconocimiento del origen de los gentilicios.
Hace unos años, la Academia de la Lengua de Panamá publicó un exhaustivo estudio sobre los gentilicios terminados en eño, en se, ero, ano, y otros. En el mismo estudio se enfatiza que el gentilicio para los oriundos de Las Minas de Herrera es “minero” . Ahora nos viene el profesor Francisco Delgado a sostener que el gentilicio para los oriundos de Las Minas de Herrera es “mineño”.
El narcisismo intelectual del profesor Francisco Delgado lo lleva a creerse que él sabe más que tío Conejo.
El autor es ingeniero agrónomo