Hacia una gestión enfocada en el paciente



Las quejas de los pacientes sobre la pésima atención en las instalaciones de salud del Estado se han vuelto crónicas. Este no es un problema reciente, sino un proceso que se ha agravado durante las últimas décadas, hasta convertirse en una situación insostenible para una población que merece mejor atención médica.

La visita del presidente a varias instalaciones de salud en las últimas semanas pone en evidencia la gravedad del problema. Pero, ¿cómo llegamos a este punto? El sistema ha colapsado. Según los expertos, varios factores han desencadenado esta crisis: infraestructuras deterioradas, escasez de personal médico, especialmente en el interior del país, largas listas de espera, falta de medicamentos e insumos, descoordinación entre la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Salud, y una atención deshumanizada. Además, no existe una visión enfocada en el paciente.

Orientar la gestión de las instalaciones de salud hacia el paciente requiere un compromiso del más alto nivel. Implica transformar un modelo obsoleto, más centrado en procesos burocráticos que en su verdadera razón de ser: el paciente.

Una gestión centrada en el paciente propone un modelo de atención donde sus necesidades, preferencias y valores sean el núcleo de todas las decisiones. Este enfoque no solo busca mejorar la calidad de la atención médica, sino también la experiencia del paciente, abordando aspectos médicos, emocionales, sociales e incluso espirituales.

En este modelo, la experiencia del paciente se convierte en un pilar fundamental. Por ello, las instalaciones deben diseñarse y gestionarse de acuerdo con sus expectativas. Un entorno cómodo y acogedor puede reducir la ansiedad y fomentar una relación de confianza con el personal de salud.

La formación continua de los profesionales es crucial. No solo deben mantenerse actualizados en competencias técnicas, sino también en habilidades interpersonales, para comunicarse de manera efectiva y empática con los pacientes.

La tecnología también juega un rol clave en este enfoque. Sistemas de gestión de citas, historiales clínicos electrónicos y aplicaciones móviles para el seguimiento de la salud mejoran la eficiencia y personalización de la atención, optimizando la comunicación entre pacientes e instalaciones, y gestionando mejor el tiempo y los recursos.

Aplicar encuestas de satisfacción permitirá identificar áreas de mejora y ajustar los servicios a las expectativas de los usuarios. Asimismo, la atención debe personalizarse según las necesidades y el contexto de cada paciente, fomentando su participación en las decisiones sobre su tratamiento, empoderándolo y haciéndolo más responsable de su salud.

Este modelo facilita una comunicación abierta y empática entre pacientes y profesionales, asegurando que se escuchen sus inquietudes y se ofrezca información clara sobre las opciones de tratamiento. Además, prioriza la continuidad del cuidado entre diferentes proveedores de salud, evitando la fragmentación del servicio y respetando la autonomía del paciente para tomar decisiones informadas.

Debemos enfocar nuestros esfuerzos en garantizar que la gestión de las instalaciones de salud en Panamá evolucione hacia un modelo centrado en el paciente. Esto no solo mejorará la calidad de la atención, sino que también fortalecerá la relación con los pacientes. Al implementar estrategias efectivas y adoptar tecnologías innovadoras, podremos crear entornos más humanos y eficientes, donde el bienestar del paciente sea la prioridad máxima.

El autor es licenciado en administración de empresas.


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