Hoy por Hoy



Las conclusiones a las que llegó la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil de España sobre el pago de sobornos de FCC al círculo cero de Ricardo Martinelli para obtener contratos de obras públicas –entre ellas, la famosa ciudad hospitalaria de la Caja de Seguro Social– son escandalosas. Se trata, al menos, de $178 millones en sobornos, cifra a la que hay que agregar decenas de millones de dólares que recibió de Odebrecht –un caso ya probado en Estados Unidos y confesado por sus propios vástagos y los ejecutivos la constructora brasileña– y de los contratistas involucrados en los casos New Business y Blue Apple. Todo ello es prueba inequívoca de que nuestra democracia está frente a un peligro inminente. Y ya es hora de que el Ministerio Público se involucre más en lo que ocurre en España, so riesgo de que los casos prescriban o el Estado termine devolviendo dinero a quien no le pertenece. Y, a propósito, la ocasión es propicia para recordar que, con los millonarios aportes secretos de Odebrecht a la campaña de 2014, hubo intenciones de manipular las elecciones, inyectando monstruosas sumas de dinero en publicidad de obras –muchas de ellas presuntamente corruptas– que llevaba adelante el gobierno de entonces. ¿Eso es lo que queremos de nuevo para el país?

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