Hoy por hoy



El Consejo Municipal de Panamá apeló la decisión de un tribunal que ordenó suspender la licitación del nuevo mercado de mariscos, obra que lleva adelante el alcalde José Luis Fábrega. Aclara que no fue el Concejo el que convocó lo que sus miembros siguen llamado una “consulta ciudadana”, sino que fue la Junta Comunal de Calidonia y la Alcaldía. Y resalta que la Autoridad de Descentralización le dio el aval a la llamada consulta pública. La verdad es que habrían quedado mucho mejor callados. Llamarle consulta ciudadana a ese patético intento de engaño a los ciudadanos del distrito capital es un imperdonable error de juicio, que pone en duda el sentido común de estos funcionarios. A ese acto solo asistieron 25 personas, entre ellos, empleados y exempleados del Municipio, que en nada representan al distrito capital. Pero, además, la divulgación de ese acto fue engañosa, pues la Alcaldía citó sin revelar el motivo. Todo arreglado para evitar la comparecencia de ciudadanos que, muy probablemente, darían al traste con los extravagantes planes del alcalde. De lo contrario, ¿por qué no revelar la razón de la consulta? ¿Cómo se puede ser tan insensato para seguir llamando a eso una “consulta ciudadana”?

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