Hoy por Hoy



La situación económica del país es un completo desastre, tanto así que Panamá está en riesgo inminente de perder su calificación, lo cual aumentaría mucho más el drama que vive el país y echaría a perder años de esfuerzo. El Gobierno pretendía aumentar el presupuesto a un nivel sin precedentes y alejado de nuestra realidad fiscal, afectada por unas protestas que ya cumplieron un mes y que, sin duda, tendrán consecuencias en las previsiones de crecimiento y, consecuentemente, en las recaudaciones. Nuestro déficit fiscal está en casi el doble de lo que permite la ley y un presupuesto que sobrepasaba los $32 mil millones, sencillamente, era un disparate. El Ministerio de Economía y Finanzas anunció ayer que haría una “reducción significativa”, aunque aún desconocemos qué tanto le restará y qué tan realista sea, pero al menos es un comienzo. Los ciudadanos debemos estar vigilantes de que el nuevo presupuesto que se presente a la Asamblea sea acorde con la realidad, porque ya no estamos en condiciones de endeudar más al país. Hasta ahora, el Gobierno solo ha sido un gran despilfarrador, sin control, sin límites y sin escrúpulos, y por ello ahora caminamos por la cuerda floja. Y ya no hay espacio para más errores.

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