Hoy por hoy



El anuncio de una inversión de 8 mil 500 millones de dólares en el Canal de Panamá durante los próximos seis años supera en magnitud a la ya histórica ampliación de esta ruta acuática. Este desembolso no solo representa un hito en la historia del Canal, sino que se perfila como un motor de transformación económica y social para Panamá, con un impacto directo y significativo en la generación de empleo, un tema que resuena especialmente entre la juventud panameña, ávida de oportunidades y estabilidad. Sin embargo, esta promesa de progreso enfrenta una amenaza latente: la crisis hídrica que pone en jaque tanto la operatividad del canal como el suministro de agua potable para la población. Es imperativo que este desafío sea abordado con la seriedad y urgencia que merece, pues de ello depende no sólo la viabilidad de esta ambiciosa inversión, sino también la sustentabilidad del recurso más precioso para la vida. El Canal de Panamá es más que un hito ingenieril; es el testimonio viviente de que la administración pública panameña puede alcanzar estándares de eficiencia y competitividad a nivel global, generando prosperidad compartida. Frente a este crucial momento, la administración, la junta directiva del Canal y el gobierno nacional tienen en sus manos la responsabilidad de proteger y potenciar este símbolo de orgullo nacional. Los ojos de todo Panamá están puestos en ellos, esperando acciones decisivas que aseguren no solo el futuro del canal, sino también el del país. La comunidad panameña permanece vigilante, confiando en que se honre y se fortalezca este legado para las presentes y futuras generaciones.

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