La relación entre Panamá y Estados Unidos atraviesa un momento crítico, y la próxima visita del secretario de Estado será clave para entender los reclamos de la potencia del norte respecto a la seguridad del Canal de Panamá. Sin embargo, es importante dejar claro desde el principio: el Canal es y seguirá siendo panameño, administrado exclusivamente por panameños, y no enfrenta ninguna amenaza a su seguridad, ni de China ni de ningún otro país.
Panamá cumple con su compromiso histórico del Tratado de Neutralidad, garantizando que el Canal siga siendo una vía segura, abierta y al servicio de todas las naciones. Siempre debemos estar dispuestos a escuchar y analizar cualquier inquietud legítima, con el objetivo de demostrar no solo a Estados Unidos, sino al mundo entero, que somos un socio confiable y neutral, comprometido con la seguridad y la eficiencia del comercio global.
Resolver este conflicto requiere inteligencia, firmeza y sensatez. Trabajar con los mejores profesionales, locales y extranjeros, permitirá a Panamá reforzar su liderazgo como garante de una vía estratégica que pertenece al país, pero sirve al mundo entero. La diplomacia, no la confrontación, es el único camino hacia soluciones duraderas y beneficiosas para todos.
