Como si el dinero sobrara o saliera de las hojas de los árboles, los diputados de la Comisión de Trabajo y Salud de la Asamblea han aprobado el cuarto bloque de la reforma de la Caja de Seguro Social y enviado el proyecto a segundo debate. El resultado: un incremento del aporte estatal que pasa de 966 a 1,457 millones de dólares, casi 500 millones adicionales de un plumazo.
Todo para tratar de evitar abordar un problema matemático que han enfrentado la mayoría de los países: la pirámide invertida del sistema de pensiones, resultado del aumento en la esperanza de vida y la disminución de cotizantes. Esta cifra, lejos de ser estática, crecerá conforme se amplíe el déficit de la Caja de Seguro Social.
La cobardía política ha impedido tratar el tema de fondo: la necesidad de ajustar la edad de jubilación para garantizar la sostenibilidad del sistema. Esperamos que los diputados del pleno actúen con responsabilidad, corrijan este despropósito y devuelvan el debate al principio fundamental: garantizar la sostenibilidad de la Caja sin comprometer al país y asegurando pensiones dignas para los asegurados.
