El puerto de cruceros de Amador, construido con $206.7 millones para posicionar a Panamá como destino turístico, ahora alberga un tanquero de gas licuado de petróleo para reparaciones. Este uso, gestionado bajo la concesión al Grupo Colón 2000, genera cuestionamientos sobre la visión estratégica y la rentabilidad de esta infraestructura. Aunque el contrato permite usos temporales para embarcaciones no turísticas, ¿justifica esto comprometer instalaciones de alto nivel por $16,932,855.61 que Panamá recibirá en 20 años? A este ritmo, se necesitarían “más de 200 años” para recuperar la inversión. Cada tanquero en Amador es una oportunidad perdida para atraer cruceros y fomentar el turismo, su verdadero propósito. Es urgente revisar las condiciones de esta concesión y garantizar que esta infraestructura estratégica beneficie al desarrollo turístico del país. Panamá no puede seguir siendo el “socio bobo” que invierte millones para obtener retornos irrisorios.
Hoy por hoy: Panamá, el socio bobo
06 ene 2025 - 05:03 AM