El clima no se puede controlar, pero sí nuestra respuesta ante sus efectos. En las últimas tres semanas, las tormentas tropicales Rafael y Sara han causado estragos en Panamá, especialmente en las provincias del interior y Chiriquí, con caminos destruidos y plantas potabilizadoras fuera de servicio, dejando a miles de panameños sin agua potable. Esta es la primera emergencia que enfrenta este gobierno. El pasado gobierno dejó un mal precedente: emergencias mal manejadas, con recursos excesivos y poca transparencia. Ahora, con un estado de emergencia decretado y $100 millones asignados, el desafío es demostrar que sí se puede atender las necesidades de la población de manera eficiente y ética. Más de 150,000 personas dependen de la reparación de los acueductos y plantas potabilizadoras para recuperar algo tan básico como el agua, y otros cientos de miles de la reparación y despeje de carreteras. Es momento de que el gobierno demuestre, con hechos y no solo palabras, que es capaz de estar a la altura de las circunstancias, actuando con transparencia y priorizando el bienestar de todos los panameños.
Hoy por hoy: responsabilidad ante la emergencia
17 nov 2024 - 05:03 AM