El debate sobre el proyecto de ley del Seguro Social definirá la calidad de vida de los panameños en las próximas décadas. Sin embargo, preocupa la falta de seriedad con que se está abordando. Es momento de dejar atrás los discursos populistas y los estribillos desfasados. Este no es un tema político, es un tema de vida o muerte para el país.
La participación ciudadana, inicialmente prometedora, ha perdido fuerza con muchos inscritos ausentes. A esto se suma la falta de claridad sobre las corridas actuariales, lo que llevó acertadamente a la comisión de salud a exigir más información. Estos datos son esenciales para un debate técnico y transparente.
Panamá no puede permitirse que este proceso sea rehén de intereses políticos o discursos vacíos. Es hora de actuar con seriedad y visión de futuro. Ciudadanos, técnicos y autoridades deben asumir su responsabilidad para garantizar la salud financiera, social y moral del país. El futuro de Panamá está en juego.