La invasión y los motivos del olvido



Enrique Castro dice en una entrevista que el motivo del olvido de la invasión de Panamá de 1989 es un motivo racial. El cineasta afirma que para él queda “muy claro” que este olvido “progresivo” tiene una raíz racista.

Seguro que no ignora que ni a estadounidenses ni a panameños les importó bombardear El Chorrillo o tenerlo como escudo humano. Sabe que la “política del olvido” es un asunto de Estado que seguro se pactó desde el primer momento de la invasión.

No solo bombardearon nuestra tierra, dinamitaron nuestra conciencia y nuestra memoria. No tiene que ver con el color de la piel ni con la ubicación de los objetivos: tiene que ver con la conciencia de nuestro país y esa es nuestra responsabilidad como sociedad.

Seis presidentes desde aquella invasión (entre ellos un hijo del dictador, otra, la mujer del caudillo) y ninguno ha querido (porque es una cuestión de voluntad) decretar el día 20 de diciembre como día de duelo nacional. Hacerlo sería una afrenta contra Estados Unidos. Seis mandatos han enterrado la historia, 29 años para olvidarlo todo. Y nosotros sus cómplices.

Decía Pedro Rivera, año 2000: “El que olvida corre el peligro de poner el pie sobre la misma inmundicia dos y un millón de veces más, con idéntico entusiasmo y complicidad. Es por eso que los que olvidan no se reconcilian: se envilecen”.

Eso es lo que tenemos hoy, una sociedad envilecida por el olvido del que ahora disfruta en este largo día después de la invasión, sin memoria, jugando a la patria sin mirar las heridas, sin contar a los muertos, sin levantar la voz.

El autor es escritor 

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