La Asamblea Nacional y sus retos



En el quinquenio 2019-2024, la Asamblea malgastó mil millones de dólares, y digo “malgastó” porque no hay manera alguna de justificar semejante presupuesto en un período de 5 años para un Órgano Legislativo con 71 integrantes.

Hagamos algo de historia. En el período de Endara con 67 legisladores, el presupuesto anual de la Asamblea era de 17 millones. En el siguiente período, el de Pérez Balladares, ese presupuesto se duplicó a 34 millones anuales y esto fue un escándalo en su época. Años después, con la misma cantidad de integrantes que hoy en día, la Asamblea llegó a tener un presupuesto de 65 millones (2014). Lo que ocurrió en este período, que está por terminar, no tiene nombre. En estos 5 años, no tengo la menor duda que se han cobrado decenas de millones en contratos de personas que jamás fueron a trabajar. Lo que hicieron no aguanta una auditoría medianamente seria.

Todo lo que ocurrió y fue expuesto por los medios, generó un hartazgo ciudadano. Es la razón de tener ahora una Asamblea donde 20 de los 71 diputados electos son de libre postulación y hay muchos, en los partidos políticos, que fueron electos por primera vez. Toca entender el mensaje que el electorado envió. No podemos pasar 5 años más sin cambios significativos en la Asamblea.

Dos tareas iniciales: la reforma al Reglamento Interno de la Asamblea y la disminución significativa del presupuesto de la misma. En el primer caso, a mi juicio, se trata de eliminar prerrogativas, transparentar procesos y fortalecer la participación ciudadana. En el segundo caso, lo ideal sería volver al presupuesto del 2014, que era de 65 millones anuales. Sea como sea, la Asamblea no debería tener un presupuesto anual superior a los 100 millones.

Esos deben ser compromisos básicos para la nueva Junta Directiva de la Asamblea que se elegirá el próximo 1 de julio. Es lo que le conviene a la institución para empezar a reivindicarse con el pueblo y es lo que le conviene también al Ejecutivo, para darle contenido y credibilidad al discurso del Presidente electo, tal como lo planteó el día de su proclamación.

Los diputados de todas las bancadas deben comprender que la política cambió y que la ciudadanía demanda más de la participación de sus parlamentarios electos: más transparencia, más proactividad, más y mejores resultados. La Asamblea tiene el reto por delante de reinventarse y demostrar que se puede hacer más con menos. Por el bien de nuestra Democracia, espero que así sea.

El autor es presidente del partido Panameñista.


LAS MÁS LEÍDAS