Creo que todos estaremos de acuerdo en que una universidad es una institución de estudio con un impacto puntual en la sociedad. Una universidad es una comunidad organizada compuesta por estudiantes, docentes, personal administrativo y auxiliar que trabajan íntegramente para generar, circular y fomentar el conocimiento. Por eso una universidad es el reflejo de la sociedad. Como centro de difusión del conocimiento, la universidad se convierte en la base del desarrollo y de la democracia de un país. Así, es importante que en una universidad se construyan valores cívicos que defiendan la libertad, los derechos y la cultura de paz.
Una universidad no puede ser anacrónica, déspota ni cultivar el autoritarismo y debe aspirar a ser una fábrica de conocimientos, no solo una especie de industria que reproduce títulos sin valores académicos. Cualquier universidad que se considere moderna debe aspirar a la investigación y la enseñanza.
En el caso particular de la Universidad Especializada de las Américas (Udelas), creo que su crisis no es circunstancial, sino estructural y política. En este sentido, su cuerpo de comunidad se ha alejado de sus valores académicos y se ha enfocado en el campo político. En estas condiciones, Udelas no puede cumplir su misión científica, cultural y social y, por ende, los estudiantes terminan siendo los afectados. Urge que Udelas vuelva a ser la esfera insular del conocimiento, la libertad y los valores académicos. Debe renovar su espíritu ético y su prestigio académico, porque la política puede provocar la formación de estudiantes que dan prioridad al activismo político y no dan paso a una visión de vocación del conocimiento.
No podemos trascender en una opinión sobre los problemas políticos de la Udelas, porque no los conocemos a profundidad, pero como parte del cuerpo docente que imparte conocimiento desde las humanidades con el taller de la palabra para el fomento de la creatividad y el pensamiento crítico y el círculo de lectura Elsie Alvarado de Ricord, podemos notar que la Udelas se ha preocupado por ser una universidad que hace investigación que aporta conocimiento científico y humanístico.
La Udelas promueve el desarrollo de investigaciones a través de comunidades de aprendizaje; tiene líneas de investigación en las ciencias sociales y de la salud; ha organizado importantes congresos científicos que aportan conocimiento, y tiene una red de investigadores con un componente que ha permitido la concentración de investigadores para crear espacios académicos para la formación de personal en investigación en diversas áreas. Sumado a esto, la Udelas cuenta con dos revistas importantes de investigaciones: Hipocampo y Redes. La Udelas es la única universidad que tiene círculos de lectura en todas sus sedes regionales.
Sin embargo, cuando la universidad se torna en un campo de batalla política, se aleja de su centro de excelencia intelectual para convertirse en arena de conflictos, que termina muchas veces con empujones y privación de la libertad o, en el peor de los casos, con violaciones directas a los derechos de los integrantes de la universidad, como son las destituciones por apoyar a un candidato/a, lo que indica prácticas políticas antidemocráticas.
Mario Bunge afirmó que las ideologías son cuerpos de creencias, deseos y programas, no campos de investigación. Es por eso que la universidad se limita al conocimiento y su enseñanza; la política es secundaria. Añade Bunge: “Tampoco es una auténtica universidad aquella en que falta la ciencia, la técnica o las humanidades. La auténtica universidad es universal, en el sentido de que abarca la cultura íntegra”.
La próxima rectoría de Udelas debe aspirar a una universidad moderna e integral que sume ciencia, técnica y cultura. Esto equivale a una fórmula que promueva el capital humano, el desarrollo y la ciudadanía; pero tal vez el primer obstáculo que debe vencer la nueva administración es que haya transparencia y democracia en los procesos electorales y que se respete la decisión de la mayoría.
Históricamente, existe una lucha titánica contra muchos malestares que han lastimado a muchas universidades del continente, Bunge numera algunos: escasa productividad del conocimiento, el feudalismo de la cátedra, la atomización, elitismo social, discriminación, indiferencia estudiantil y yo agregaría la falta de producción de parte del cuerpo docente. No basta con enseñar; hay que producir conocimiento. Son los retos de la nueva rectoría de Udelas que esperamos se dedique a mejorar los laboratorios, los talleres, la biblioteca, la lectura, las cátedras, las publicaciones científicas y humanísticas y a mejorar las relaciones entre estudiantes y docentes.
El príncipe de los ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, en su obra cumbre de la literatura universal, Don Quijote de la Mancha, nos dio, a través de sus dos personajes principales, una idea de la forma en que está diseñada la sociedad. El Quijote y Sancho nos representan a todos en la sociedad. Sancho duda de las instituciones y su incertidumbre nos defiende de los poderes; mientras El Quijote es la razón y la locura que defiende las ideas; su locura es la razón de su ideal. Los refranes y dichos que abundan en la obra son la representación simbólica del conociendo y el saber. Ambos son polos opuestos y, a la vez, se abrazan. La universidad moderna debe promover la razón y la intuición, la ciencia y las humanidades. La Udelas tiene el perfil necesario para hacerlo. Solo requiere una buena dirección.
El autor es escritor