La diplomacia tiene como fin defender los derechos nacionales con una visión de paz global, humana y para responder a retos que impactan a todos los países, como el cambio climático. Las mujeres siguen infrarrepresentadas en la diplomacia, sobre todo en los ámbitos relacionados con las armas y la economía, si bien ha sido demostrado que en los países con más mujeres en el poder legislativo y ejecutivo el gasto en defensa es menor y el gasto social es mayor, lo cual favorece una paz social más robusta. Atendiendo a su creciente importancia, la Organización de Naciones Unidas declaró el 24 de junio como Día Internacional de las Mujeres en la Diplomacia.
La diplomacia es crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para un mundo con calidad de vida y mejores oportunidades para todos, sin distinciones de género, nacionalidad, etnia y religión, y con respeto al medio ambiente. Esto demanda vincular retos regionales y globales con acciones locales. Ante esta tarea, la diplomacia científica promueve la colaboración en los campos de la educación, la salud y las ciencias, apelando a la multi y transdisciplinariedad, la interculturalidad y las diferentes sensibilidades y enfoques para crear soluciones integrales a los problemas, pues la participación de las mujeres y las minorías es parte de su esencia.
Siendo relativamente reciente, y dado que conlleva la participación de profesionales de la diplomacia como de las ciencias, muchos de ellos voluntarios a tiempo parcial, es difícil obtener información sobre el porcentaje de mujeres que participan de ella. Sin embargo, gracias a varios programas de formación basados en equidad de género, la representación de las mujeres es mayor que en otras áreas de la diplomacia, y el promedio de edad es menor.
Panamá ha liderado la diplomacia científica en la región de Centro América y el Caribe en la última década, aportando soluciones a problemas que requieren la participación de mujeres y hombres profesionales de las ciencias sociales, ambientales, de salud, ingenierías, tecnologías e innovación, y de las propias comunidades impactadas. Solo un trabajo transversal con una verdadera representación diversa logrará responder a los retos actuales y del futuro y lograr un desarrollo sostenible real en un ámbito de paz.
La autora es investigadora en salud senior, viróloga e inmunóloga, en el Instituto Conmemorativo Gorgas, investigadora distinguida del Sistema Nacional de Investigación, alumna de la Global Young Academy e integrante de Ciencia en Panamá.
