Estimados lectores: ha terminado la tan esperada Serie Mundial, calificada por algunos como “la serie soñada” por tratarse de un enfrentamiento entre dos viejos conocidos, los Yankees y los Dodgers. En esta oportunidad los californianos se impusieron a los neoyorkinos 4 juegos a 1, demostrando a la afición que su ofensiva como su capacidad de lanzar fueron ampliamente superiores. En el primer juego de la serie, en Los Ángeles, los Yankees, después de haberse mantenido arriba 3-2, hasta el décimo episodio, fueron sorprendidos por un largo cuadrangular de Freddie Freeman, con las bases llenas, frente al zurdo Néstor Cortéz, que solo hizo dos lanzamientos y el segundo decretó la derrota de los visitantes.
En el segundo juego los Yankees volvieron a perder, esta vez 4-2, luego de una espectacular demostración hecha por el abridor de los Dodgers, el derecho Yoshinobu Yamamoto, quien en 6 1/3 episodios limitó a los poderosos “Mulos de Manhattan” a un incogible y una carrera, ponchando a cuatro. El japonés demostró su gran calidad, a pesar de algunas molestias que había reportado durante la temporada regular. Por los de Nueva York, el abridor Carlos Rodón estuvo fatal, pues solo duró 3 1/3 episodios, le conectaron 6 imparables, cuatro de ellos cuadrangulares y solo pudo ponchar a tres.
El tercer juego, esta vez en el Yankee Stadium, los Dodgers se vuelven a imponer 4 – 2. En esta oportunidad, el derecho Walker Buehler hizo gala de su experiencia y conocimiento, limitando a un equipo como los Bombarderos del Bronx, que se caracteriza por su bateo, a solo 2 imparables, cero carreras, propinándoles 5 ponches en 5 episodios. Luego de esta victoria, Los Ángeles se colocaban arriba 3 juegos a ninguno de los Yankees. La fanaticada en general pensó que sería barrida, pues a no dudarlo es muy difícil recuperarse de un 3-0, en una serie tan corta. Solamente los Medias Rojas de Boston lograron remontar una serie de campeonato contra los neoyorkinos, cuando perdían 3 juegos a 0. Esto fue en el 2004.
Con la serie 3-0, en el cuarto juego en Nueva York los Yankees lograron respirar, propinando una verdadera paliza a sus verdugos, 11 – 4. Esto, con gran actuación de Gleyber Torres (5-1, 3 impulsadas) y Anthony Volpe (3-2, 4 impulsadas).
Luego de esta victoria de los Yankees, sus seguidores se entusiasmaron y empezaron las especulaciones sobre sus posibilidades de remontar una serie que iba 3-1 en su contra. Ante esta remota posibilidad, vino el quinto y último juego, que fue una verdadera sorpresa, agradable para los Dodgers y calamitosa para los Yankees.
Los del norte (Yankees) arrancaron con su característica impetuosidad y anotaron tres carreras en la primera entrada, una en la segunda y una en la tercera, pero llegó la fatídica quinta entrada, donde los “Bombarderos” se desmoronaron, cometiendo tres costosos errores, mas un error mental que no se anota, para permitir a los “Mentirosos” (así llamaban a los Dodgers cuando estaban en Brooklyn) empatar las acciones a cinco carreras por bando. Debo aclarar que, hasta ese quinto episodio, el derecho Gerrit Cole había hecho una labor extraordinaria, blanqueando a los Dodgers y permitiéndoles solo un imparable. Por los californianos, sobresalieron con el bate Teoscar Hernández de 4-2, 2 impulsadas; “Kiké” Hernández de 4-2, con 2 anotadas; “Mookie” Betts de 3-1, con 2 impulsadas y Freddie Freeman de 4-1, con 2 impulsadas. Freeman, justificadamente, fue escogido como el Jugador Más Valioso de la serie, que parecía soñada para algunos y que se convirtió en el descalabro del Siglo XXI para los Mulos de Manhattan. Felicidades a los Dodgers y a los Yankees, mejor suerte en el 2025.
