Imagina un vasto y vibrante continente, lleno de potencial y promesas, pero atrapado en una red de deudas que amenaza con sofocar su crecimiento. Este es el escenario que enfrentan muchos países de América Latina y el Caribe (ALC) hoy en día. Las recientes estadísticas de la OCDE muestran una realidad inquietante: los pagos de deuda en algunos países de la región duplican su gasto en educación, triplican el destinado a la salud y cuadruplican la inversión en infraestructura.
La carga invisible: deuda vs. desarrollo
La deuda pública, en teoría, es una herramienta para financiar el desarrollo. Pero cuando los pagos de intereses y amortizaciones se convierten en una carga insoportable, los sueños de progreso se desvanecen. La educación, la salud y la infraestructura, pilares fundamentales para cualquier sociedad próspera, se ven relegados a un segundo plano.
Educación: Imagina un aula llena de niños con ojos brillantes y mentes curiosas. Ahora imagina que los recursos para su educación se desvanecen porque los pagos de deuda los duplican. Sin una educación de calidad, el futuro de estos niños y, por ende, de la nación, se ve comprometido.
Salud: La pandemia de covid-19 nos enseñó la importancia de sistemas de salud robustos. Sin embargo, en algunos países de ALC, los pagos de deuda triplican el gasto en salud. Esto significa hospitales sin recursos, personal médico sobrecargado y una población vulnerable.
Infraestructura: La infraestructura es el esqueleto sobre el cual se construye el desarrollo económico. Pero cuando los pagos de deuda cuadruplican la inversión en infraestructura, los proyectos vitales se estancan, y con ellos, el progreso.
Estrategias para romper las cadenas de la deuda
Para liberar los ingresos destinados al desarrollo, los países de ALC deben adoptar estrategias audaces y creativas. Aquí algunas ideas:
Reestructuración de la deuda: A veces, es necesario volver a la mesa de negociaciones. Renegociar los términos de la deuda puede ofrecer un respiro, permitiendo plazos más largos y tasas de interés más bajas.
Diversificación de ingresos: No pongas todos los huevos en una sola canasta. Ampliar la base tributaria, mejorar la recaudación de impuestos y reducir la evasión fiscal son pasos esenciales para reducir la dependencia de la deuda.
Priorizar el gasto público: No todos los gastos son iguales. Es crucial que los gobiernos evalúen rigurosamente los proyectos de inversión y asignen recursos a sectores clave como educación, salud e infraestructura.
Fortalecimiento de la gobernanza fiscal: La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales. Fortalecer las instituciones fiscales y adoptar prácticas de gobernanza responsables asegura una gestión eficiente de los recursos públicos.
Acceso a financiamiento concesional: Explorar opciones de financiamiento concesional, que ofrecen condiciones más favorables que los préstamos comerciales, puede ser una solución viable. Los préstamos de organismos multilaterales y bilaterales con tasas de interés bajas y plazos de vencimiento más largos son una opción para considerar.
Un futuro de esperanza
La gestión de la deuda es un desafío monumental, pero no insuperable. Con estrategias efectivas y una visión clara, los países de América Latina y el Caribe pueden liberar los recursos necesarios para construir un futuro más próspero y equitativo. Es una tarea que requiere valentía, cooperación y un compromiso inquebrantable con el bienestar de sus ciudadanos.
La encrucijada en la que se encuentra la región es una oportunidad para reimaginar y reconstruir. Con decisiones audaces y responsables, es posible transformar la realidad económica y social de la región, asegurando un desarrollo sostenible para las generaciones futuras.
El autor es country managing partner – EY