La expresión “la historia se repite en espiral” le corresponde originalmente al jurista, filólogo y filósofo de la historia italiano Giambattista Vico, quien sostenía que la historia no avanza de forma lineal impulsada por el progreso, sino que se desarrolla en ciclos que se repiten. Estos ciclos históricos están conformados por hechos, circunstancias y personajes que, de una u otra manera, también se repiten, marcando así momentos cruciales en nuestra historia.
Diecisiete años atrás, en estas mismas páginas, escribí un artículo titulado “La ACP ya hizo su trabajo”. En aquel entonces, el 24 de abril de 2006, el presidente de la junta directiva de la Autoridad del Canal de Panamá, el doctor Ricaurte Vásquez, presentó al país la propuesta de ampliación del Canal de Panamá, la cual sentó las bases para el desarrollo del proyecto del tercer juego de esclusas.
Desde aquel momento, han transitado por nuestras aguas aproximadamente 152,949 buques y se han entregado al Tesoro Nacional contribuciones por un monto de aproximadamente $30,885.7 millones hasta el año 2022. Es importante destacar que, desde el año 2000, el Canal de Panamá ha aportado directamente al Tesoro Nacional más de $13,300 millones gracias a esta expansión histórica.
Hoy, 17 años después, el doctor Ricaurte Vásquez, ahora en calidad de administrador del Canal, se encuentra ante lo que podría ser otra propuesta para un proyecto titánico, posiblemente de igual o mayor envergadura. Sin embargo, esta vez el desafío no es tanto la capacidad de tránsito, sino más bien la gestión de nuestro recurso hídrico, el elemento vital para la operación del Canal.
En este nuevo capítulo, el Canal se enfrenta al reto de encontrar nuevas fuentes de agua, asegurar su sostenibilidad y garantizar el suministro tanto para las operaciones de la vía interoceánica como para el consumo de nuestra población, siendo esta última la prioridad.
Diecisiete años atrás, mencioné que “el debate será intenso y profundo, y surgirán muchas preguntas de vital importancia a raíz de esta propuesta”. En el contexto actual, podemos anticipar que el debate será igual de intenso y posiblemente aún más profundo, a medida que se discuta este nuevo proyecto.
En ese entonces, también afirmé que “la capacidad de operación y administración eficiente del Canal por parte de los colaboradores canaleros está fuera de toda duda”. Hoy, más que nunca, esta declaración se mantiene sólida. Ni siquiera la pandemia logró poner de rodillas al Canal de Panamá.
Nuestros trabajadores canaleros demostraron su ingenio y compromiso al mantener las operaciones en marcha, a pesar de los desafíos. Recordaremos siempre a los héroes que sacrificaron mucho por esta causa.
Según el Título XIV de nuestra Constitución, corresponde exclusivamente a la ACP la administración, funcionamiento, conservación, mantenimiento y modernización del Canal de Panamá. El recurso hídrico es esencial para cumplir con este mandato constitucional; sin agua, no hay Canal.
De manera análoga a cómo la ACP asumió el reto de demostrar al mundo y a los panameños que éramos capaces de gestionar eficientemente el Canal mejor que sus antiguos dueños, también asumió la responsabilidad de generar riqueza para nuestro país. Es lamentable que los gobiernos anteriores no hayan sabido integrar adecuadamente el Canal en nuestra nación, cometiendo un error histórico.
El Canal de Panamá ha permanecido firme a lo largo de los años, bajo la administración de dos países diferentes y enfrentando desafíos que incluyen tiempos de guerra, recesión económica, pandemias y momentos turbulentos de nuestra historia nacional. Ahora, nos enfrentamos a un nuevo reto, uno impuesto por la misma naturaleza. La historia se repite, con personajes familiares y el mismo espíritu inquebrantable de nuestros compatriotas canaleros. No tenemos duda de que superarán cualquier obstáculo, ya que llevan el Canal en sus venas y lo han demostrado una y otra vez.
El autor es escritor y máster en administración industrial