En tiempos de crisis todas las ilusiones se derrumban. Los sueños parecen sucederse por la angustia y la desesperanza. La incertidumbre y el miedo instalan el caos en nuestro espacio vital que antes era una zona segura, destruyendo los relatos y las relaciones. En un estado de emergencia, como el que acaba de darse por las intensas lluvias, todos los mecanismos de post-emergencia se activan de forma prioritaria: se rescata y protege a las personas de las zonas afectadas; se brinda atención médica, alimento, ropa y agua; y se provee de refugio hasta que se puedan ofrecer espacios habitables a las familias.
Por otra parte, una compleja estrategia de ayuda oficial se instala desde las instituciones y organizaciones creando un mecanismo de organización que involucra a los agentes de protección civil, salud y grupos voluntarios donde la solidaridad y la cooperación son relevantes.
Sin embargo, en Panamá necesitamos que entre los mecanismos de respuesta, prevención e intervención en situaciones de emergencia se incluya la dimensión cultural, porque la intervención cultural en contextos de emergencia es un componente importante de cohesión social que ayuda a sanar la condición humana. Es cuando los libros y las palabras se convierten en instrumentos de reparación.
Hay referentes importantes. La fuerza de las palabras. Protocolo para una intervención cultural en situaciones de emergencia (Cerlalc y Secretaría de Cultura, 2018). Este documento, que se puede descargar del website del Cerlalc, nació a raíz de los terremotos que se registraron los días 7 y 19 de septiembre de 2017 en varias regiones de México. Es una guía para actuar desde la fuerza de la palabra; es decir, desde la lectura, la escritura y la oralidad, como recursos invaluables para la resignificación de las experiencias, como parte del proceso que nos permite reconstruirnos ante la adversidad.
Otro documento es Estrategias de mediación cultural en emergencias: lectura y escritura como refugios simbólicos (Cerlalc, 2022). Son dos tomos cuya iniciativa busca contribuir, desde el arte, la palabra y la lectura, a garantizar los derechos sociales y culturales de las poblaciones afectadas por emergencias complejas, y a generar comunidades resilientes y mejor preparadas para reinterpretar y recomponerse de los daños generados por estas situaciones, tanto en lo físico como en lo socioemocional. También se pueden descargar de internet.
Después de una tragedia son los niños y los ancianos las personas más vulnerables. Sin embargo, los más fuertes también se derrumban, porque la criatura humana es frágil y fuerte a la vez. Los humanos hemos aprendido a salir a la superficie luego de tocar fondo desde la creatividad y la resiliencia cultural. En este sentido, cito del documento: descubrir la fuerza de las metáforas, desde la lectura y la oralidad permite reconstruir sentidos desde las tragedias evitando evocarlas directamente, transformando vivencias dolorosas, elaborando pérdidas y restableciendo vínculos sociales. Las historias nos ayudarán a entender y sobrellevar los eventos difíciles, a transformar las pérdidas y a sobrevivir.
Añade la guía: En las situaciones adversas, los procesos resilientes y de simbolización de la experiencia a partir de la metáfora son una vía privilegiada para reencontrarse con uno mismo, con la experiencia y las emociones; son una manera de volver a habitar el mundo, de asimilar lo que se fue, lo que queda vacío y, a la vez, dar entrada a la posibilidad, a la reconstrucción.
Estas guías han sido escritas para los países de la región y están allí para ser usadas. Contienen marcos teóricos para entender el papel de la cultura como pilar en el desarrollo sostenible y la importancia de los derechos culturales. Son una ruta que permite saber articular acciones sostenidas en el proceso de intervención cultural, contienen recursos y anexos con proyectos de mediación lectora, tienen información pertinente para los mediadores, promotores y otros profesionales de la palabra, incluso artistas de otros sectores.
Estos documentos reúnen ejemplos puntuales de cómo la oralidad, la escritura y la lectura, por su plasticidad, pueden fusionarse con otras artes, visualizando cómo todas ellas pueden aportar en la atención cultural y a restaurar el tejido social. Reúnen un maletín de herramientas prácticas para la atención cultural y educativa en situaciones de crisis, lecturas recomendadas, actividades y juegos para desarrollar, cuadros que explican qué es la cultura, medidas para el cumplimiento de los derechos culturales, el poder de las palabras en situaciones de emergencia.
Pienso que desde la Red de Bibliotecas Públicas se podría construir un mapa de acción institucional para una intervención cultural basada en la fuerza de las palabras. Formar voluntarios, elaborar una estrategia enfocada desde distintas miradas que permitan hacer una articulación interinstitucional para llevar el derecho a la cultura en una situación de emergencia. Pienso en las familias que, al momento de recibir auxilio inmediato mientras permanece la alerta roja, podrían contrarrestar el miedo, la depresión, la incertidumbre, la soledad, la pérdida, desde una narrativa de resistencia que les dé la posibilidad de reparar algo roto con la imaginación y la creatividad. Pienso que todavía hay tiempo para asumir retos desde la intervención cultural porque la naturaleza apenas está empezando a pasar factura.
El autor es escritor

