Si uno busca el significado de la frase “cuentos chinos”, se encuentra que se aplica a historias o relatos falsos, ficticios o exagerados que se cuentan con la intención de engañar, manipular o confundir.
Luego del cierre de la mina al declararse la inconstitucionalidad del contrato, nos encontramos con un vacío de información y acciones sobre lo que se debe hacer para su cierre definitivo. La ciudadanía tiene pendiente que le expliquen: ¿qué es eso de “abrir para cerrar”?, ¿qué es una auditoría ambiental de la mina?, ¿quién va a pagarla?, ¿quiénes la van a realizar?, y ¿es esto factible y bueno para el país? No hay nada mejor para un buen cuento chino que tener una gran cantidad de preguntas sin respuestas.
Para cambiar el cuento, iniciaron actividades de visitas y tours con cualquier interesado; los boletos gratis se conseguían en cada esquina. También invadieron las redes con miles de anuncios sobre los beneficios de la minería, tratando de convencer a la población de las bondades de la minería, arropándose con calificativos de verde, sostenible y responsable. Consiguieron que varios miembros del sector económico declararan y escribieran que la mina debe abrir. Pero con la última encuesta, definitivamente el cuento chino versión minera, la mayoría de la población no se lo cree, especialmente los jóvenes.
Lo cierto es que el cuento chino no termina; pica y se extiende con las publicaciones de los próximos arbitrajes que pueden demorar años.
A medida que la situación avanza en el tiempo, el cuento chino dejará de ser cuento y definitivamente dejará de ser chino. ¿Es así el cuento?
Somos conscientes de que los cuentos chinos han sido utilizados por todas las administraciones. Odebrecht era un cuento chino brasileño, Blue Apple tiene genes orientales, y un Hospital Modular fue construido con vigas nuevas de acero de China. Así abundan los cuentos chinos. Hay muchos cuentos chinos que han caído en el olvido. Ahora nos enteramos de que no se escapa ningún lugar para crear y promover los cuentos chinos; se dan en juntas comunales, alcaldías, la asamblea o la contraloría. Nadie se escapa de tener un buen cuento, pero pocos se escandalizan por ellos ya que nos hemos acostumbrado a ellos, y esto no debe ser. Dicen que las ayudas económicas son de origen chino. Esta administración, sintiéndose oriental, metió al personaje de chen chen en el nuevo cuento chino.
Lo cierto es que, si no se contestan las preguntas, seguiremos con el “cuento chino”; Remance, Santa Rosa y Petaquilla son personajes de un cuento chino sin acudiente. ¿Sin duda que buen negocio hicimos, o fue cuento? ¿Con tres strikes no es out?
Para todo buen chino, di tú primero, habla primero. El silencio te delata y mucho cuento también.
Me cuesta pensar que, en el cuento chino de la minera, no aparezcan los personajes de corrupción. En la historia de todo gran contrato siempre aparecen los políticos oportunistas y comisionistas tras bastidores. En los últimos tiempos, son personajes habituales y conocidos. Pocos dudan de sus apariciones en los tres días de arduo trabajo para aprobar el fallido contrato-ley por la última asamblea. Si se investiga con detalle, estoy seguro de que se encontrarán múltiples rastros. Lo anterior requiere de empeño y decisión. Y estoy seguro de que si ponen a los chinos a buscar los números de este cuento chino, los encontrarán; y no serán cuentos y menos chinos.
La situación que tenemos es preocupante y tiene personajes irresponsables claves de las pasadas administraciones. Personas que velaron por sus intereses personales e ignoraron las advertencias hechas. Llegó la hora de que hagamos patria y delatemos a cada uno de los corruptos del cuento chino minero. El país lo necesita.
Y pregunto: ¿la actual administración hará una investigación real o seguirá con el cuento?
Un panameño descendiente de chino, que lee y escucha cuentos chinos.
El autor es presidente de la Fundación para la Protección del Mar PRO-MAR y miembro de la Mesa para el cierre de las minas convocada por el Comité Panameño de la UICN para hacer veeduría ciudadana del proceso de cierre.
