La obra El asalto a la razón del húngaro Georg Lukács, publicada en 1954, ofrece una profunda crítica al irracionalismo filosófico, el cual, según el autor, allanó el camino para el ascenso del fascismo en Europa. Lukács sostiene que el irracionalismo, al rechazar la lógica y la ciencia, socava las bases del pensamiento crítico y abre la puerta a la dominación autoritaria.
Esta tesis, escrita en un contexto histórico específico, encuentra ecos inquietantes en la experiencia global de la pandemia de Covid-19 durante 2020, así como en las acciones de la flamante segunda administración de Donald Trump en Estados Unidos. La era Trump puede caracterizarse como una nueva pandemia de irracionalidad y oscurantismo, una que buscó desestabilizar el orden mundial liberal y democrático.
La pandemia de covid-19 expuso la fragilidad de los sistemas globales y la importancia de una gobernanza racional basada en la ciencia. Sin embargo, la respuesta de la administración Trump a la crisis pareció, en muchas ocasiones, priorizar la conveniencia política sobre la salud pública, propagando la desinformación y socavando la confianza en las instituciones científicas, llegando incluso a la abrupta salida de los Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y de la Convención Internacional del Cambio Climático, medidas que después del interregno de la Administración de Joe Biden, se han vuelto a imponer en su primera semana de desgobierno.
El análisis de Lukács sobre el irracionalismo nos ayuda a comprender el fenómeno Trump como parte de un ataque más amplio contra la razón. Al rechazar la verdad objetiva y abrazar teorías de conspiración, su administración fomentó una cultura de antiintelectualismo y escepticismo hacia la experiencia y el conocimiento especializado. Esto se evidenció en el manejo de la pandemia, donde las recomendaciones científicas fueron ignoradas o contradichas por conveniencia política. La negativa de la administración a reconocer la gravedad de la crisis, sumada a sus ataques contra los medios de comunicación y las instituciones, reflejó las tácticas de los regímenes autoritarios que Lukács criticó en su obra.
En su nueva reencarnación en 2025, la retórica y las políticas de Trump han vuelto con creces a la exacerbación de los sentimientos nacionalistas y xenófobos, erosionando aún más los principios de la democracia liberal. Su agenda de “Estados Unidos Primero”, combinada con su desprecio por la cooperación internacional, debilitó los esfuerzos globales para combatir la pandemia y otros desafíos comunes, y ya se avizora una trágica repetición con el creciente y preocupante riesgo de una nueva pandemia por la gripe aviar. Este enfoque aislacionista no solo socavó las instituciones multilaterales, sino que también reforzó una visión del mundo basada en la división y la exclusión, en lugar de la solidaridad y la razón.
Los paralelismos entre la crítica de Lukács al irracionalismo y la era Trump son notables. Ambos destacan los peligros de rechazar la razón y abrazar ideologías que priorizan el poder sobre la verdad. La pandemia de covid-19 sirvió como una prueba de resistencia para los sistemas democráticos, y los fracasos de la administración Trump revelaron las vulnerabilidades de una sociedad que permite que la irracionalidad se afiance. El espectáculo en estos días alrededor de las audiencias de confirmación en el Senado de su candidato a dirigir la secretaría de Salud, el excéntrico conspiracionista, cruzado antivacunas y ex adicto a la heroína, Robert F. Kennedy, Jr., es una clara muestra del profundo desprecio por el conocimiento científico que caracteriza al nuevo régimen norteamericano.
El actual torrente de mentiras y calumnias de Trump y sus secuaces en contra de Panamá y su manejo del Canal, basada en la tergiversación descarada de la realidad y el levantamiento de amenazas fantasmagóricas contra la seguridad nacional, no deja de ser otra manifestación del desparpajo con el que busca alimentar la ignorancia supina de sus descerebrados acólitos, entre ellos unos pocos gobernantes extraviados de Nuestra América.
En conclusión, la nueva presidencia de Trump puede considerarse una manifestación de una nueva pandemia de oscurantismo, una que buscó desmantelar los cimientos de la democracia liberal y la institucionalidad internacional. Frente a la emergencia de una nueva ola de irracionalidad fascistoide, en la que casi se ahogó la civilización en el siglo pasado, debemos reconocer la importancia de defender la razón, la ciencia y el pensamiento crítico ante estas amenazas. Las lecciones de la pandemia de covid-19 y la era Trump nos recuerdan que el ataque a la razón no es simplemente una preocupación académica, sino un desafío político y social urgente que exige vigilancia y resistencia.
El autor es médico salubrista.