En Panamá, han existido numerosos esfuerzos de planificación. Lo malo es que pocas veces se ejecuta lo planeado y casi nunca se le da seguimiento de un gobierno al otro. Veamos, por ejemplo, lo que ha ocurrido con la planificación existente sobre movilidad para el área metropolitana (Panamá, San Miguelito, Arraiján y La Chorrera). Existen, al menos, cuatro documentos que son relevantes: el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable (Pimus, 2016), el Plan Maestro del Metro, el Plan de Desarrollo Urbano de las Áreas Metropolitanas del Pacífico y del Atlántico (2018) y el Plan de Ordenamiento Territorial del Distrito de Panamá (POT, que entregamos en 2019 y se aprobó con cambios en 2021). De estos cuatro, al que más esfuerzo se le ha metido en implementarlo ha sido al Plan Maestro del Metro. Existen dos líneas ya en operación y una tercera en construcción, que ha tenido significativas demoras por un cambio en su diseño.
De acuerdo con dicho plan, en un plazo de unos treinta años, tendríamos siete líneas del metro operando en toda el área metropolitana. Un cambio tan radical en la movilidad urbana amerita cambios sustanciales que le acompañen. En otras palabras, hay que ajustar las ciudades a la realidad del metro. Eso conlleva cambios de paradigmas, rompiendo con viejos prejuicios. Como aquel que afirma erróneamente que en Panamá “nadie camina” y “la mayoría tiene carro”. Las cifras arrojan una realidad muy distinta.
Por la necesidad de abordar la problemática de la movilidad desde una óptica distinta, desde 2016, el Pimus plantea un cambio en la institucionalidad: concentrar todo en una sola institución y pasar de una Autoridad Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT) a una Autoridad Metropolitana de Movilidad. El cambio no es meramente semántico, sino muy de fondo. Supone entender que no se trata de mover carros, sino personas y que estas también se movilizan a pie, en bicicleta y de otras formas. También significa entender que el reto de la movilidad es mejor atendido desde lo local y no desde el Gobierno central. Lamentablemente, desde 2016 para acá, ningún gobierno ha hecho realidad ese necesario cambio institucional.
En desarrollo del Plan Maestro del Metro, el Miviot aprobó planes parciales para las áreas de influencia de la Línea 1 (2013) y la Línea 2 (2019) del metro. Ambos proponen intervenciones específicas alrededor de cada estación del Metro. Por ejemplo, para la estación de la 5 de Mayo, recomiendan la recuperación de la Peatonal como conexión peatonal entre esta estación y el Casco Antiguo, lo cual comenzamos en mi período como alcalde. Igualmente, le dimos seguimiento a lo recomendado para la estación de Vía Argentina. Sin embargo, todavía queda muchísimo por hacer para aprovechar al máximo el potencial de un sistema de transporte rápido, eficiente y cómodo.
Pongo este tema sobre la mesa en vísperas de un nuevo gobierno, con la esperanza de que no se ignoren todos los esfuerzos de planificación preexistentes y se les dé seguimiento. El país pierde tiempo y millones cuando se improvisa.
El autor es presidente del partido Panameñista.
