En su reciente presentación del Libro Blanco Una Política Exterior para el Panamá 3.0, S. E. Janaina Tewaney Mencomo, canciller de Panamá, menciona el desarrollo y la conquista de la frontera de la desigualdad como imperativo histórico del Panamá 3.0, y el fomento de la conectividad ístmica, incluyendo la digital, como ruta de realización de dicho imperativo histórico, ello puesto en el trasfondo de una dinámica internacional caracterizada por cambios por demás drásticos y acelerados.
La disertación de la canciller Tewaney resuena fuerte en mi mente en la medida en que produce ecos múltiples en conexión con la política exterior china de la nueva era, vale decir, la conducida bajo la guía del pensamiento diplomático de Xi Jinping, el cual, en esencia, gira alrededor del concepto de la forja de una Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad (CFCH), en proactiva respuesta a los graves desafíos que el mundo de hoy, que se debate en medio de turbulencias y cambios de una profundidad y magnitud francamente inéditas en la última centuria, está planteando a la humanidad.
En resumidas cuentas, el objetivo de este concepto es construir un mundo abierto, inclusivo, limpio y bello, amparado de una paz duradera, de una seguridad universal y de una prosperidad común y cónsono con los valores comunes de toda la humanidad, a saber, paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad, a través de la implementación conjunta y con alta calidad de las Iniciativas de la Franja y la Ruta, de Desarrollo Global, de Seguridad Global y de Civilización Global, propuestas por el presidente Xi Jinping en 2013, 2021, 2022 y 2023, respectivamente.
Bajo esta visión, China se propone dirigir su esfuerzo diplomático en dos direcciones fundamentales: la de promover una multipolarización mundial igualitaria y ordenada, esto es, que todos los países del planeta, independientemente de su tamaño, deben ser iguales y cooperar entre sí en busca de resultados ganar-ganar, con estricto apego a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y las normas fundamentales regidoras de las relaciones internacionales, en oposición al hegemonismo, la política del poder y el monopolio de los asuntos internacionales por parte de un grupo reducido de países; y la de promover una globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva, esto es, trabajar por solucionar adecuadamente los desequilibrios del desarrollo mundial, con especial énfasis en la solucción de la apremiante problemática del desarrollo de los países del sur global, promoviendo firmemente la liberalización comercial y la facilitación de inversiones, salvaguardando la estabilidad y la fluidez de las cadenas industriales y de suministro globales, y repudiando toda forma de unilateralismo y proteccionismo, así como toda práctica discriminatoria y excluyente, de modo que el desarrollo mundial resulte más eficiente y balanceado, y que las personas, sean del país, clase social u origen que sean, puedan participar y disfrutar de igual manera los frutos del desarrollo socioeconómico.
La CFCH no significa el reemplazo de un sistema o una civilización a otro u otra, sino el auténtico concierto de los intereses, derechos y responsabilidades de países de distintos sistemas sociales, ideologías, historias, culturas y niveles de desarrollo en la arena internacional. Convencida de que, por cambiantes que sean los tiempos, compartir un mismo futuro es destino constante e ineludible de la comunidad internacional, China aspira sinceramente a acompañar a todos los países hermanos en vías de desarrollo en el esfuerzo por alcanzar un desarrollo de alta calidad y seguro, fortaleciendo la conectividad y acortando la brecha digital, a través de una cooperación sur-sur en pie de iguadad, transparente y de ganar-ganar. En tal sentido, China se siente plenamente identificada con Panamá en los imperativos históricos que recaen sobre nuestra respectiva política exterior y en consecuencia plenamente dispuesta a transitar, de la mano con Panamá como socios naturales, por el camino de desarrollo y prosperidad común. Por este camino, como ha señalado el presidente Xi Jinping, ¡unidos iremos lejos! y, como dice el presidente Laurentino Cortizo Cohen, ¡unidos lo hacemos!
El autor es embajador de China en Panamá.
